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Concepción del Uruguay
jueves, diciembre 12, 2024

Hojas sueltas… Tierra, vida y alimentos

Jorge Meza (*)

Este sábado se celebró el Día Internacional de la Madre Tierra. La paradoja es que no la estamos protegiendo. El cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación amenazan la vida, y se vuelve necesario reducir de forma contundente las emisiones de los gases de efecto invernadero para detener el aumento de las temperaturas globales. La gestión integrada de los recursos naturales es necesaria. No es menor el dato de que el 45% de las tierras de cultivo en América del Sur están degradadas. En Argentina, más del 80% del territorio cubierto por zonas secas se encuentra afectado por desertificación, la cual, en muchos casos, es causada por prácticas agropecuarias inapropiadas, así como la sobreexplotación forestal, lo que implica la pérdida de la biodiversidad y la degradación de los suelos. El carbono orgánico del suelo es esencial para el desarrollo de una agricultura sustentable. Como dato alentador, un equipo de investigación del INTA, la Secretaría de Agricultura de la Nación y la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) presentaron un mapa actualizado sobre la reserva de carbono orgánico presente en los suelos argentinos en los primeros 30 centímetros de profundidad. Sobre la base de esta información, estimaron que los suelos de la Argentina almacenan el 2% de la reserva mundial de carbono. Cuidar la tierra es cuidar la biodiversidad, pero también la vida humana. El 95% de los alimentos que consumimos proceden directa o indirectamente de los suelos; por eso es importante que las sociedades estén informadas y contribuyan a mejorar la salud de este recurso, porque, en definitiva, suelos sanos garantizan alimentos saludables. En este punto, es vital tener en cuenta que las pérdidas y desperdicios de alimentos tienen un impacto negativo en el medio ambiente. En Argentina se pierden aproximadamente 16 millones de toneladas de alimentos por año entre la cosecha y los lugares de expendio, lo que representa el 12,5% de la producción agroalimentaria del país. Podemos ir hacia una transformación de los sistemas agroalimentarios. Se necesita tiempo, es un proceso, pero hay que desarrollarlo a través de la integración, sinergia y cooperación entre los diferentes actores y sectores. Y una parte importante de la transformación es garantizar que la tierra esté sana.

(*) Oficial Superior de Políticas para América Latina y el Caribe, representante de la FAO en Argentina y en Uruguay.

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