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domingo, junio 16, 2024

Hojas Sueltas… Madres solas

Por Esther Vivas

No recuerdo cómo fui a parar a su perfil de Instagram, pero me gustó y le di al “follow”. Desde entonces, sigo a @wanderermum, o como ella misma se autodefine, “Madre soltera por sorpresa”. Hace un tiempo, me mandó un correo electrónico contándome que estaba buscando “la manera de visibilizar las situaciones de exclusión y de desprotección con las que nos vamos encontrando las madres solteras y las familias monomarentales”, y si la podía ayudar. Hace mucho que doy vueltas al tema, tengo amigas y conocidas en esta situación. Así que aquí me tienen. Si ser madre es una tarea difícil, serlo en solitario ni te cuento.
Los cambios sociales han propiciado la emergencia de nuevos modelos familiares, en particular el de las madres que crían “solas”. Las familias monoparentales, es decir con un solo progenitor al frente, son cada vez más numerosas. Aunque más que de monoparentalidad tendríamos que hablar de monomarentalidad, ya las mismas están encabezadas por mujeres, la mayoría de las cuales son viudas, separadas o divorciadas, aunque también encontramos, en un porcentaje más bajo, a mujeres solteras.
Muchas mujeres ante la dificultad por encontrar una pareja con la que tener hijos, y el deseo de ser madres, deciden emprender una maternidad por su cuenta. Una dinámica que tiene mucho que ver con los cambios socioculturales, la entrada de la mujer al mercado laboral y su independencia económica, así como una mayor autonomía personal en las relaciones, y un menor peso de la institución eclesiástica y familiar. Algo que conduce a considerar que ya no es necesario tener un marido para criar. En su mayoría, y según los estudios, se trata de mujeres con más de 35 años, formación universitaria, económicamente solventes y que viven solas con sus chicos, pero hay también otros perfiles.
Al margen del carácter particular de las madres solas por elección, la monomarentalidad en general es sinónimo de pobreza. Las familias monoparentales, en su inmensa mayoría encabezadas por mujeres, son las más golpeadas por las dificultades económicas. La mitad de los hogares que tienen un solo adulto al frente y una o más hijos se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión. Si sos mujer, sin pareja y tenés descendencia, compraste todos los números para ser pobre. Lo que acaba pasando factura a tu salud, tanto física como mental, y a la de tus hijas o hijos.

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