HOJAS SUELTAS… Las reservas de Milei

Andrés Asiain
Economista

La actual gestión afirma que el bestial ajuste de la economía es necesario para sanear la macroeconomía. Está claro que ni la inflación, ni el nivel de actividad, el empleo o el poder adquisitivo de la población, parecen ser variables macroeconómicas que el Gobierno juzgue prioritarias, dado que todas ellas se deterioraron en estos meses. La prioridad parece estar concentrada en las cuentas públicas y las externas. Respecto a estas últimas, el Gobierno destaca la importante recuperación de las reservas internacionales del BCRA, que rondaban los 21.000 millones de dólares al asumir Milei. Hoy día bordean los 28.000 millones.
¿Qué factores explican esa recuperación? Un aspecto de la mejora del saldo externo, es el incremento de las exportaciones que hasta febrero se explicaba por los productos primarios y sus derivados. La recuperación tras la sequía 2023 y los incentivos para la liquidación explican el aumento de las ventas externas. En materia de compras, las importaciones cayeron en un 165, baja que se explica por el derrumbe de la actividad económica asociado a la caída de los ingresos reales de la población que generó la devaluación y el fuerte ajuste del gasto público. Sin embargo, el saldo comercial favorable no se explica sólo por la baja de las importaciones, sino por haber postergado los pagos que cayeron más de tres veces que las importaciones.
La clave para ello fue el incremento de la emisión de deuda externa pública en dólares colocada a los importadores. Los títulos Bopreal acumulan algo más que 7.900 millones de dólares, superior a las reservas acumuladas por el BCRA. Esta acumulación de reservas no se explica por un saneamiento de la macroeconomía ni por el brutal ajuste que deprime la actividad y, por ende, las importaciones. Se explica por la emisión de deuda externa de corto plazo colocada en importadores, a quienes no se les permite el acceso a dólares para realizar sus pagos. Se trata de una precaria fuente de acumulación de reservas, que incrementa los pagos por deudas. Los vencimientos de deuda externa pública de 2024 son por lejos los más bajos de la próxima década. Ya el año próximo se duplican, y continúan incrementándose hasta triplicarse para 2027. Cabe preguntarse entonces cómo piensa sostenerse la estabilidad externa si el año de menores vencimientos una recesión brutal no bastó, y se recurrió a un nuevo endeudamiento.