Hojas Sueltas. Lactancia

Por Esther Vivas

Hay quien dice que hoy se impone socialmente dar la teta porque tras el parto es lo que se promueve en los hospitales y porque cada vez son más las mamás que optan por la lactancia materna. Pero esto no significa que la lactancia materna exclusiva sea la práctica hegemónica en los seis primeros meses de vida del bebé, como recomiendan todos los organismos internacionales de salud.
A pesar de su promoción en las maternidades, a los seis meses muchas criaturas ya toman leche artificial como único alimento.
Hay una serie de dinámicas que explican esta práctica. La mayor parte de mamás la dejan precozmente por los obstáculos para llevarla a cabo, más que por una decisión previa. El principal motivo es porque consideran que tienen poca leche. Sin embargo, la hipogalactia o escasez de leche es una enfermedad que afecta a un porcentaje muy bajo de mujeres. En realidad, la «falta de leche» se debe a menudo a malas prácticas inducidas que interfieren en su producción. La segunda causa de destete precoz es la incorporación al mercado laboral.
Otro de los problemas que enfrenta la lactancia materna es la facilidad con la que algunos profesionales recetan de manera rutinaria suplementos de leche artificial, con lo que en la medida en que el bebé mama menos puede disminuir la producción de leche materna.
Pero lo peor es la organización sociolaboral que menosprecia los cuidados del bebé y la madre. Los míseros 90 días de licencia por maternidad (la Organización Internacional del Trabajo recomienda conceder al menos 120 días) castigan la lactancia materna al obligar a las mamás a reincoporarse al trabajo apenas dos meses después de parir.
Muchas son las que en ese momento deciden dejar la lactancia total o parcialmente, al no tener tiempo suficiente o no disponer de las instalaciones adecuadas para dar de mamar o extraerse la leche y recogerla. En la medida en que la mamá trabaje más horas fuera de casa, más difícil lo tendrá para dar continuidad a la lactancia.
Vivimos en una sociedad que da la espalda a la lactancia materna. Las mujeres que quieren dar de mamar enfrentan muchas dificultades. Si el entorno social y laboral no acompañan a las madres lactantes, esto condiciona su decisión respecto a dar o no la teta y merma la autoestima y la confianza respecto a su capacidad para amamantar.