20.6 C
Concepción del Uruguay
sábado, junio 15, 2024

Hojas Sueltas… Integración regional

Carlos Heller

Tuve el honor de integrar la delegación que acompañó al presidente Alberto Fernández en la reunión mantenida con el presidente electo de Brasil, Lula da Silva. De la charla entre los mandatarios, me interesa resaltar la visión que tiene Lula respecto a la integración regional, y dentro de esta, la importancia, a mi entender superlativa, que le otorga a la relación con Argentina. El presidente electo comentó en varias oportunidades a lo largo de la jornada que para él la relación con Argentina es prioritaria, por infinidad de razones y valores especiales. Y comentó que su primer viaje al exterior tendrá como destino nuestro país como una señal de la fortaleza de este vínculo. Se habló mucho del fortalecimiento de los organismos regionales. Por ejemplo, Lula resaltó la importancia que la Celac tiene para la región y comentó que Brasil participará de la reunión del organismo a llevarse a cabo en enero de 2023 (cabe mencionar que Brasil no estaba participando en la Celac). También se habló de la necesidad de aunar esfuerzos y trabajar en común sobre los objetivos de integración, crecimiento, desarrollo, inclusión social, que son problemas comunes a todos los países de la región latinoamericana. En la misma línea, Alberto Fernández expresó: “Con Lula compartimos la mirada sobre la necesidad de integración en América Latina, de que la democracia se consolide en todo el continente, que los procesos electorales sean debidamente respetados y de poder crecer como región en conjunto”. Considero como algo sumamente importante resaltar la preocupación compartida por la elevada obtención de votos de la derecha bolsonarista, que refleja también un fenómeno global debido a la insatisfacción que parte de la población tiene como producto de las políticas que el sistema lleva adelante. Esto genera, además, un caldo de cultivo para quienes intentan colocarse aparentemente por fuera de la política, pero que sin embargo sólo persiguen sus ambiciones personales y utilizan la frustración de las mayorías desfavorecidas (y su legítima bronca) como trampolín electoral, cuyo objetivo es conculcar los derechos más elementales de la ciudadanía. Si bien hay motivos para festejar, el avance de la derecha no puede dejar de ser una preocupación para quienes creemos en otro tipo de sociedad (totalmente distinta a la que intenta imponer el neoliberalismo), en los valores de la democracia, el respeto a los derechos de las mayorías, y en la justicia social.

--