Hojas Sueltas… Error de diagnóstico

Andrés Asiain

Los sectores más ultras de la oposición apuestan a llegar al gobierno con una política económica liberal extrema. Privatizaciones, reducción brusca del gasto social, reformas previsionales, impositivas y laborales, son parte de la fantasía elitista de un país para pocos que ilusiona a parte del establishment. Para lograr su instrumentación, planifican una represión social y política de la mano del lawfare, dirigido a dirigentes políticos, sociales, sindicales y sus bases. De esa manera, se lograría implementar un programa liberal de shock que evite el triste desempeño económico de la última gestión de Cambiemos.
El “gradualismo” en el gobierno de Macri, fue el resultado de la necesidad de hacer base política en una sociedad que, tras la gestión K, no estaba dispuesta a resignar parte de su calidad de vida sostenida en un amplio abanico de políticas públicas. Ante esa situación, se sostuvo un amplio déficit fiscal financiado con endeudamiento externo. Cuando se cortó dicho financiamiento, la gestión de Cambiemos acudió al FMI que la obligó a aplicar una política cambiaria que agravó la crisis, llevándolos a la derrota política.
Bajo esa mirada, un plan de shock que equilibrara rápidamente las cuentas públicas hubiera evitado el incremento insustentable de la deuda. De esa manera, se habría mantenido abierto el financiamiento externo para enfrentar diversos shocks, sin necesidad de acudir al FMI.
La tesis del “problema del gradualismo” de la derecha argentina descansa sobre dos grandes errores de diagnóstico que la llevarán de nuevo al fracaso. Por un lado, la idea de que la inflación tiene un origen monetario causado por el déficit fiscal, cuando en realidad está basada en elementos inerciales montados sobre impulsos devaluatorios (y de precios externos). Ese diagnóstico equivocado hizo suponer que reemplazar el financiamiento del déficit vía emisión, por la toma de créditos externos, generaría una estabilización de precios. También fue la que llevó a programas de emisión cero al firmarse el acuerdo con el FMI en 2018. Sin embargo, los precios lejos de calmarse terminaron aumentando al doble de velocidad en el final de mandato de Macri respecto al ritmo inflacionario de la gestión CFK. El otro error es creer que la toma de créditos externos en la gestión Cambiemos fue consecuencia del déficit fiscal, cuando en realidad se utilizó para cubrir el déficit externo, hecho que analizaremos con mayor detalle en una próxima nota.