Ariel Vercelli
Mientras la campaña electoral comienza a calentarse en Estados Unidos, cada día es más evidente el profundo deterioro que atraviesa su sistema democrático. A las acusaciones de manipulación y fraude electoral que habrían atravesado sus procesos electorales en las presidenciales de 2016 y de 2020, y hasta la toma del Capitolio del 6 de enero del 2021, por estas horas se suman graves denuncias sobre las presiones que habrían ejercido altos funcionarios del FBI sobre algunas de las megas corporaciones tecnológicas estadounidenses, entre otras, Facebook/Meta y Twitter, con el objetivo de censurar noticias que pudieran comprometer al entonces candidato a la presidencia John Biden y a su hijo Hunter. La bola de nieve ha ido creciendo poco a poco. El jueves pasado, el famoso podcaster Joe Rogan invitó a su programa a Mark Zuckberger, dueño y responsable de la corporación Meta, a cargo de las compañías Facebbok, Instagram y Whatsapp. En una de sus respuestas, tan ambigua como sutilmente preparada, Zuckerbger manifestó que para la campaña de las presidenciales de 2020 el FBI había presionado a su corporación y también a Twitter para que censuren los mensajes, videos y noticias que comprometían a Hunter Biden con drogas, prostitutas y el tráfico de influencia, sobre todo con la empresa de gas ucraniana Gas Burisma Holding. ¿Se trata de una mera casualidad? Movilizado por la campaña de noviembre y visiblemente irascible por el allanamiento de hace unas semanas a su mansión de Florida, Donald Trump no dudó un instante para usar su propia red social Truth Social (Verdad Social) para denunciar cómo el FBI había enterrado la historia de Hunter Biden, sobre todo la historia de su computadora portátil, y para volver a calificar a las elecciones de 2020 como un fraude, como una elección irremediablemente contaminada por el accionar del FBI y corporaciones como Facebook Inc. El expresidente republicano, rápido de reflejos, solicitó que las elecciones del 2020 sean anuladas, que se lo restituya en su cargo o que se convoque a nuevas elecciones presidenciales en Estados Unidos. Además del revuelo político por los supuestos despidos en el FBI, es oportuno preguntarse qué sanciones le corresponderían a Mark Zuckberger y otros CEOs corporativos por no denunciar oportunamente a los agentes del FBI, por censurar a sus usuarios o, claramente, por desinformar a la población durante una campaña electoral.










