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Concepción del Uruguay
sábado, junio 15, 2024

Hojas sueltas… El plan del poder real

Andrés Asiain

La Fundación Mediterránea, apadrinada por las principales empresas del país, está elaborando un programa económico para el próximo gobierno. Desconfiando de la improvisación en materias de planes y cuadros técnicos de las principales fuerzas políticas, el poder real se propone asumir en sus propias manos dicha tarea. Para encabezar ese trabajo designaron al economista Carlos Melconian, quien compartió con uno de los líderes del Partido Judicial, Ricardo Lorenzetti, la presentación de la propuesta en la conferencia titulada: “Los desafíos de la gobernabilidad” en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
Allí señaló que el objetivo es lograr repetir “un programa de estabilidad serio” que implicó “una reforma estructural importante y un cambio de régimen”, como lo fue el plan de Convertibilidad de Carlos Menem y Domingo Cavallo a comienzos de los 90.
Los ejes de las políticas a implementar que describieron sería: ajuste del gasto público y equilibrio presupuestario, privatización de empresas públicas, revisar la dependencia de muchas provincias de los fondos nacionales, Banco Central independiente, ayuda social focalizada, reforma laboral y un nuevo régimen cambiario y monetario. La viabilidad política de avanzar en un programa liberal que genere “cambios estructurales irreversibles”, en palabras de Melconian, depende de la “batalla cultural” que habilite socialmente dichas reformas. En ese sentido, señaló a favor de su proyecto que el actual gobierno ya aceptó la necesidad de conseguir un equilibrio fiscal, reducir los planes sociales y los subsidios tarifarios, en el marco del programa pactado con el FMI.
Este “blanqueo de los problemas macroeconómicos” dejaría sin “defensas morales” a quienes enfrentan un proyecto liberal, puesto que de esta manera ganaría consenso social.
En esa batalla cultural también juegan a su favor, el paso del tiempo que deja atrás en la memoria de muchos que el plan de Convertibilidad generó híper desempleo e incremento de la deuda externa insostenible.
Muchos parecen olvidar o desconocen por su juventud, que este esquema económico sucumbió en el marco de una crisis bancaria donde la población vio incautados sus ahorros, mientras se sucedían saqueos en todo el país.
Tan importante como la desmemoria para la victoria del liberalismo es la falta de un programa de estabilización de precios heterodoxo efectivo. No animarse a intentarlo, característico del gobierno de Alberto Fernández, abre la puerta para que, en nombre del combate a la inflación, el establishment edifique las bases de un país para pocos.

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