Hojas Sueltas… Dólar planchado

Andrés Asiain Economista

De acuerdo al economista Ricardo Arriazu, la caída del consumo y de la actividad no se explican simplemente por el deterioro de los ingresos de la población ante el impacto inflacionario que tuvo la devaluación con que Milei inició su gestión. Tampoco por el fuerte ajuste del gasto del Estado con un parate brutal de las obras públicas. “El principal impacto inicial de una devaluación es la pérdida de valor que sufren los activos denominados en moneda local, que genera un efecto riqueza negativo», dice. Esa menor riqueza habría derivado en una caída de la demanda dado el intento de recomponer parte de los activos en los agentes”. Según Arriazu, los argentinos tenían activos en pesos (depósitos bancarios, acciones y bonos, entre otros) por un valor de 160.000 millones de dólares al asumir Milei, que se licuaron hasta los 71.000 millones luego de la devaluación de Caputo. Esos activos luego se recuperaron hasta alcanzar un valor de 90.000 millones, hecho que hace presuponer al economista que muchos argentinos redujeron el consumo para ahorrar y recomponer sus activos licuados. La explicación del “efecto renta” de la devaluación no parece muy convincente. La recomposición de los activos en pesos a valor dólar de diciembre que menciona parece ser más la consecuencia de la recomposición de los ingresos (por paritarias y el aguinaldo) que por la política de dólar planchado de Milei. De esa manera, la devaluación incrementó inicialmente la riqueza patrimonial de los argentinos en relación al producto interno, ya que la mayor parte de su patrimonio se encontraba dolarizado. Pero entonces, ¿por qué no se dio un efecto renta al revés, donde quienes se enriquecieron con la devaluación aumentaron su consumo, movilizando la producción? Algo de ello pudo suceder, al menos si se toma por cierta la tesis de que el dólar financiero cayó, en gran parte, por la venta de dólares de quienes “desahorraron” para intentar mantener su status de consumo. Sin embargo, la baja del dólar financiero responde más al ingreso de algunos fondos especulativos de corto plazo para aprovechar el dólar planchado. La traba para que los activos externos se vuelquen masivamente a la economía argentina, tradicionalmente a inversiones inmobiliarias que expanden la construcción, es la elevada incertidumbre que aún existe sobre el valor futuro del dólar, cuya estabilidad circunstancial se ve ensombrecida por la elevada inflación que carcome su valor real.