Ariel Vercelli
Ya no sorprende el poder que algunas corporaciones tecnológicas tienen para manipular, desinformar y violar los datos personales de la población en medio de las campañas electorales. Baste recordar cómo Facebook y Cambridge Analytica manipularon el Brexit y las presidenciales en Estados Unidos en el año 2016. En el cierre del 2022 se anticipan dos contiendas electorales de peso y en las que las redes sociales y las tecnológicas digitales tendrán un papel central. Por un lado, las elecciones en Brasil, donde el próximo 2 de octubre se realizarán presidenciales, y un mes después las elecciones legislativas de medio término en Estados Unidos, el próximo 8 de noviembre. La situación en Brasil es bien compleja. Hace unos días se conoció que la corporación tecnológica Facebook/Meta, lejos de colaborar con la calidad de la información electoral, está pasando por alto anuncios falsos y engañosos, generando una verdadera pesadilla de desinformación para los brasileños. Puntualmente, la ONG Global Witness la acusó de no estar filtrando los anuncios engañosos, la información electoral falsa y de no identificar quiénes está pagando los anuncios políticos. Fue la misma ONG la que envió estos mensajes desde Nairobi y Londres y no fueron filtrados por dispositivos de Inteligencia Artificial ni por agentes humanos dentro de la corporación estadounidense. El actual presidente Jail Bolsonaro ha sido renuente a regular las redes sociales, recordemos que Whatsapp fue clave para su victoria en 2018. En el norte de América, la situación también es muy compleja en relación a los negocios Facebook/Meta y a sus supuestas medidas de autorregulación en el tema de campañas electorales. Hace unos días Mark Zuckerberg, el programador informático y fundador de la principal red social del mundo, anunció que para la elección legislativa de medio término en Estados Unidos su compañía implementaría una especie de veda electoral por el término de una semana. Es decir, Facebook/Meta, que desde su fundación en 2004 ha sido acusada y denunciada en tribunales de varios países por interferir en varias elecciones nacionales al socavar la legitimidad de sus resultados, haría una suspensión de anuncios políticos pagos. Sin embargo, rápidamente, una investigación de la New York University desmintió la factibilidad y efectividad estas medidas y acusó a la corporación de ofrecer “soluciones vacías” o de “cumplimiento imposible”. Recordemos que Facebook/Meta está prohibida en varios países y que en Rusia es considerada una empresa terrorista.
