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Concepción del Uruguay
viernes, julio 26, 2024

Hojas Sueltas… Desempleo

Andrés Asiain

La propuesta de Javier Milei de terminar con las indemnizaciones por despidos y reemplazarlas por un fondo de desempleo, encendieron luces de alerta en el mundo sindical. El fondo de desempleo es un esquema que rige en la construcción desde tiempos de la dictadura militar. La ley sancionada el 11 de julio de 1980 lleva la firma de Videla y Martínez de Hoz. En esos tiempos, la Uocra se encontraba intervenida militarmente. El fondo de desempleo se financia con un aporte equivalente al 12% de la remuneración mensual (baja al 8% después del primer año), a cargo del empleador. En el momento que un empresario despide a su empleado, no tiene que abonar una indemnización con los fondos de su empresa, ya que el obrero recibe como paga la suma de aportes acumulada en su fondo de desempleo. Los defensores de sustituir las indemnizaciones por el fondo de desempleo sostienen que al disminuir el costo empresarial de los despidos, estimularía a los empresarios a contratar más trabajadores. Un argumento que podría tener algún fundamento en un contexto de crecimiento económico, en actividades donde la incertidumbre o la elevada rotación laboral paralicen la contratación de nuevos empleados. Sin embargo, su aplicación en un contexto de crisis económica sólo facilitaría los despidos al disminuir su costo para los empresarios. En los tres trimestres de cuarentena de 2020, la construcción redujo sus empleados formales un 24,3% respecto de 2019, liderando las estadísticas de despidos respecto a los demás sectores de la economía, superando incluso a hoteles y restaurantes donde la cuarentena hizo estragos. Dado que un desocupado más es un consumidor menos, el fondo de desempleo profundiza la caída de la actividad económica. En síntesis, el reemplazo de las indemnizaciones por un fondo de cese laboral, al disminuir el costo empresarial para despedir, se transforma en una medida procíclica que profundiza el deterioro de la economía y el desempleo durante las crisis económicas. Si bien el fondo de cese laboral disminuye el costo empresarial en el momento del despido, el efecto inmediato es una carga adicional mensual sobre las empresas por cada empleados. Más que un beneficio para las empresas, la creación del fondo del cese laboral parece estar estimulada por el interés en generar un negocio financiero para sus administradores. Un negocio financiero que podría ser extendido a los sindicatos, como moneda de cambio para que bajen sus resistencias a la reforma.

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