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Concepción del Uruguay
domingo, junio 16, 2024

Hojas sueltas… Depresión postparto

Por Esther Vivas

La depresión posparto es la principal enfermedad que sufren las recién paridas. Entre el 50 y 80% de las madres en el posparto experimentan tristeza, llantos, irritabilidad… Lo que se conoce como “maternity blues”. Cuando estos episodios persisten en el tiempo, manifiestan mayor gravedad o llegan a ser incapacitantes, hablamos entonces de depresión posparto. Se calcula que 2 de cada 10 mujeres la sufren. Aunque las causas son múltiples, haber sufrido violencia obstétrica, con un parto traumático, nos puede convertir en candidatas. No obstante sigue habiendo una gran ignorancia al respecto. Muchas madres que atraviesan este difícil momento tienen que sobrellevar cuestionamientos y preguntas incómodas, cuando no descomedidas, de parte de familiares, amigos y, aunque parezca increíble, a veces hasta de profesionales que juzgan a la paciente con desdén. “¿Pero deprimida por qué? ¿No estás feliz de haber tenido una hija? ¿Pero depresión posparto cuatro meses después? Eso son tonterías. Este tipo de comentarios son los que hacen que me dé vergüenza hablar de cómo me siento”. Lo afirmaba una “influencer” rompiendo la invisibilidad que rodea a este padecimiento. La depresión posparto es una cuestión incómoda, tabú, porque muestra la cara oscura de la maternidad, esa que se opone al ideal de madre feliz. Por este motivo, las mujeres que la sufren se niegan a pedir ayuda, la ocultan, se avergüenzan, porque consideran que esto no es lo que se espera de ellas. Nuestra cultura se ha basado en silenciar la vida interior de las madres, en particular las experiencias negativas o ambivalentes. En consecuencia, las mujeres hemos acabado por disfrazar la complejidad de la vivencia materna.
Así es la “máscara de la maternidad”, un proceso que esconde las dificultades que implica ser madre, que finge que no pasa nada, que tampoco es para tanto o que todo va viento en popa. Nos dicen que tenemos que ser “supermamás”, pero después de dar a luz nunca se llega a todo. Una situación que puede dar lugar a un sentimiento de frustración, haciéndonos creer que no somos buenas madres. La salud pública debería tener como prioridad acabar con la depresión posparto, más recursos son necesarios para hacerle frente. Sin embargo, el posparto es el gran olvidado. Hablar de la depresión posparto, normalizarla, es la mejor manera de romper el tabú y acompañar a las mujeres que la sufren.

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