por Ariel Vercelli
El cierre del año no ha hecho más que agravar la ya globalmente conocida como la Guerra del Chip, entre Estados Unidos y China. A principios de octubre del 2022 el gobierno Estados Unidos comenzó a prohibir a sus empresas, y a las compañías asociadas a ellas, comercializar semiconductores con el gigante asiático. En respuestas a estas presiones y bloqueos, a principios de diciembre, el gobierno chino anunció que Alibabá y Tencent sería contratadas para el desarrollo de sus propios chips junto al Instituto de Investigación de chips de código abierto de Pekín, un consorcio que incluye empresas e institutos de investigación de su complejo científico tecnológico. Hace unos meses se supo que el instituto había logrado elaborar un chip de procesamiento de alto rendimiento basado en la arquitectura RISC-V, un tipo de diseño de chips de código abierto que venía siendo usada por Tiged la empresa de chips de Alibabá y por ByteDance, la empresa detrás de la mega red social Tick Tock. Estos desarrollos le permitirían a China reducir la dependencia con la empresa británica ARM, uno de los mayores fabricantes de chips de rendimiento medio. A su vez, el 12 de diciembre China demandó a Estados Unidos por sus políticas proteccionistas y activó formalmente la solución de controversias de la Asociación Mundial de Comercio. Entre otros puntos, los chinos acusan a los americanos de “abusar de las medidas de control de exportaciones”, de “generalizar el concepto de seguridad nacional” y, sobre todo, de “obstaculizar el comercio internacional de chips”. Hace pocas horas el portal estadounidense Bloomberg publicó que la administración de Joe Bide planea poner a Yaseng Memories Technology y otras 30 empresas chinas en una “Lista Negra” comercial, es decir que no podría comerciar tecnologías sin una licencia de exportación otorgada por Estados Unidos. La respuesta del portavoz de la Cancillería china, Wang Wenbin, no se hizo esperar. Expresó que estas medidas representan una “coerción económica flagrante y que China “protegerá decididamente los derechos e intereses legítimos de sus empresas e instituciones”. China pidió rechazar la “mentalidad de Guerra Fría de suma cero” y poner fin a la ruptura de las cadenas de suministro y a la supresión tecnológica. Mientras tanto, esta semana junto a Rusia inició maniobras militares conjuntas en el Mar de China Oriental, en torno de Taiwán y Japón. ¿Xi Jinping y Vladimir Putin juntos contra EE.UU.?