15.6 C
Concepción del Uruguay
viernes, abril 25, 2025

Hojas Sueltas… China contraataca

Ariel Vercelli

China tiene como objetivo restringir el suministro de galio y germanio a Estados Unidos. El Ministerio de Comercio de China anunció en junio que esas exportaciones pasarían a estar sujetas a un sistema de licencias por “razones de seguridad nacional”. Esto significó que las ventas al exterior de estos materiales deben ser aprobadas por el gobierno, y las empresas occidentales que dependen de ellos empezaron a tener dificultades para su suministro. China lleva años recibiendo restricciones y bloqueos de semiconductores, auspiciados por Estados Unidos y sus aliados. Por ejemplo, chips de alto rendimiento, máquinas litográficas e incluso software de diseño de chips. Estas políticas han creado un cuello de botella para el crecimiento tecnológico de China, en especial, para algunas grandes empresas como Huawei. Ahora contraataca. La primera consecuencia de esta guerra tecnológica es la subida inmediata que ha provocado de los precios del galio y el germanio. La segunda es la conflictividad social y la inestabilidad en terceros países. El germanio es apreciado por su alta conductividad eléctrica y se utiliza en fibra óptica, paneles solares y ópticas infrarrojas. Por su parte, el galio tiene unas propiedades de cristalización inusuales, por lo que se emplea en la fabricación de equipos de radiocomunicación y pantallas LED. Pero estos dos elementos químicos son también componentes esenciales para las armas modernas. En la actualidad, China produce aproximadamente el 60% del germanio y el 90% del galio que utiliza el resto del mundo. Pero, como China no tiene capacidad para convertir estos materiales en semiconductores o productos ópticos de última generación, una gran parte lo exporta a empresas de Japón, Europa y EE.UU. Las empresas líderes del complejo militar industrial estadounidense, Raytheon y Lockheed Martin, fueron las primeras incorporadas a la «lista de entidades no fiables» de China. Una decisión clave en momentos de convulsión con dos guerras grandes en curso, en Ucrania y Gaza, y un centenar de conflictos bélicos en Asia y África. Durante el último año, Washington ha presionado a sus aliados para que unan sus fuerzas e impidan que China se abastezca de equipos de fabricación de chips de gama alta. Ahora China ha respondido y las consecuencias han sido, hasta cierto punto, impredecibles. Por ejemplo, pocos imaginaban una intensificación de la violencia política en la República Democrática del Congo. Una nación rica en cobalto y cobre. Y productora de galio y germanio.

--