Arturo Brooks
En un intento por resolver dos problemas ambientales a la vez, investigadores de la Universidad de Kitakyushu en Japón descubrieron que los pañales triturados se pueden usar para reemplazar hasta el 40% de la arena utilizada para fabricar hormigón sin reducir su resistencia. Los pañales desechables son una fuente creciente de residuos no reciclables, y la producción de cemento es responsable de casi el 7% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y consume alrededor de 50.000 millones de toneladas de arena cada año. El concreto infundido con pañales se utilizó para construir una casa para demostrar cómo este tipo de residuos se puede desviar de los basurales para construir viviendas asequibles. Los pañales descartables están hechos de pulpa de madera, algodón y polímeros superabsorbentes, de los cuales se ha demostrado que pequeñas cantidades mejoran las propiedades mecánicas del hormigón. Después de lavar, secar y triturar los pañales, el material resultante se combinó con cemento, arena, grava y agua. El equipo probó diferentes mezclas, reemplazando hasta el 40% de la arena en el concreto. Luego de un mes de curado, las muestras se probaron a presión para determinar el punto de ruptura del material compuesto. A partir de estas medidas, se calcularon la proporción máxima de residuos de pañales que podría satisfacer las necesidades de los componentes de construcción. Cuantos más residuos de pañales haya en el hormigón, menor será la resistencia a la compresión. Por lo tanto, los componentes estructurales, como columnas y vigas, necesitaban una proporción menor de pañales triturados que los elementos arquitectónicos, como paredes y bloques de hormigón. Los investigadores calcularon que el 27% de la arena podría reemplazarse con desechos de pañales. Pero si la casa tuviera tres pisos de altura, la proporción tendría que bajar al 10%. Reciclar desechos no degradables es muy valioso, pero transportar los pañales a plantas de procesamiento o sitios de construcción podría generar mayores costos económicos y medioambientales. Si lo que se busca es construir una casa económica respetando el medio ambiente, se podría optar por paredes hechas de madera o a base de materiales compuestos en lugar de hormigón. Además, separar los pañales del flujo de desechos será todo desafío difícil de traducir al mundo real. Una cosa es separar una botella de plástico de una bebida recién consumida y otra muy distinta recoger pañales sucios entre toneladas de desperdicios.