Hojas Sueltas. Bye Antropoceno

Por David Bueno

Hay personas cuyas propuestas han revolucionado la concepción que tenemos del mundo y de nosotros mismos. Se pueden encontrar en todos los campos del conocimiento y la cultura, de la filosofía, las artes, la política o la religión. Una de esas personas es, sin duda, James Lovelock. Un científico británico, autor, investigador, inventor ambientalista y futurista. Lovelock ha hecho numerosas aportaciones en diversos campos: la transmisión de enfermedades respiratorias, la esterilización del aire, la coagulación de la sangre, la congelación de células vivas, la inseminación artificial y la cromatografía de gases, una técnica que permite el análisis de sustancias volátiles, entre otros. En 1957 inventó el detector de captura de electrones, que ayudó a descubrir los efectos de los gases clorofluorocarbonos (CFC) en el deterioro de la capa de ozono. Ha trabajado para la NASA, desarrollando aparatos de búsqueda de vida extraterrestre, pero el campo en el que sus propuestas le han hecho más famoso es el del ambientalismo.
En 1969 desarrolló la hipótesis de Gaia, ahora ya convertida en una teoría científica que tiene el aval de numerosos datos y experimentos que la confirman, aunque no la publicó hasta 1979. Postula que la vida y la Tierra forman un todo interactivo y que el planeta se puede concebir como si fuera un solo organismo, un complejo sistema autorregulado que ayuda a mantener y perpetuar las condiciones para la vida. Dicho de otro modo, nuestro planeta, con la vida y todo lo que contiene, tiende a modificar su entorno y el clima para favorecer el mantenimiento de la vida.
Ahora, en su nuevo libro, “Novaceno”, que ha escrito a los 102 años de edad de forma muy clara y también provocadora, vaticina el fin del Antropoceno, la era geológica en el que nos encontramos y que se caracteriza por el uso del fuego, los combustibles fósiles, y la llegada de una nueva era. Una era que, según argumenta a través de la teoría de Gaia, se caracterizará por el surgimiento de la inteligencia cibernética. Sin embargo, su visión del cambio es optimista, dado que será ese cambio el que favorecerá que Gaia pueda seguir manteniendo las condiciones óptimas de habitabilidad en nuestro planeta.
No sabemos si la propuesta de Lovelock es una utopía o una distopía. O, posiblemente, como ha sucedido en cada salto dado por la humanidad, sea una combinación de las dos cosas.