Hojas Sueltas… Archivos Twitter

Ariel Vercelli

El 15 de febrero de 2012, hace más de 10 años, en la sección de tecnologías digitales de Télam se publicaba una columna de mi autoría que llevaba por título Twitter, censura y se convierte en una plataforma de control social.

Aún lo recuerdo muy bien, en esos momentos Twitter se expandía a nivel local y modificaba repentinamente sus condiciones de uso: comenzaba a interpretar y gestionar tecnológicamente qué se podía decir o no se podía decir, en cada uno de los países a nivel mundial.

Se había transformado en un fortísimo dispositivo de control social. Si bien en esos momentos era preocupante, una década después las nuevas denuncias sobre Twitter merecen el mayor repudio mundial. Los conocidos como “Archivos Twitter” (Twitter Files), documentos internos que el nuevo propietario de la red social, Elon Musk, ha entregado a periodistas y escritores muestran cómo Twitter es un dispositivo de censura, ocultamiento, desinformación y operaciones de inteligencia de los gobiernos de turno de Estados Unidos.

Puntualmente, ¿qué información surge de estos documentos revelados hace un mes? A partir de los análisis publicados, resultan evidentes las injerencias del FBI en Twitter buscando censurar los escándalos y el tráfico de influencias de Hunter Biden, el hijo del actual presidente Joe Biden.

También el silenciamiento a las cuentas de republicanos y en particular el bloqueo de la cuenta del presidente Donald Trump, en el 2020. Además, ahora se sabe que la red social recibió millones de dólares de varias agencias norteamericanas para censurar debates sobre el Covid-19 y las vacunas, y que participó de operaciones psicológicas del Pentágono en diferentes países.

Al observar millones de tuits en siete países (Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, España y Japón), los investigadores descubrieron que, con la excepción de Alemania, los algoritmos de Twitter amplificaron más a los políticos de derecha que a los de izquierda.

También encontraron que las fuentes de noticias conservadoras recibieron más impulso que las progresistas.

El New York Post reveló que decenas de agentes de inteligencia de Estados Unidos pasan a trabajar a Facebook/Meta o a Twitter como si estas compañías fueran una agencia estatal más.

Mientras día a día resulta más complejo diferenciar intereses públicos y privados se impone una pregunta: ¿los Archivos de Twitter involucran sólo a una red social o permiten vislumbrar cuál es el modus operandi del estado norteamericano en relación a sus corporaciones tecnológicas?