Hipócritas y cínicos

Por Roque Minatta

En la Argentina el cinismo y la hipocresía se apoderaron descaradamente como virtud que las caracteriza, ante la sociedad y como motor de una agenda política obscena. Fijada desde el poder real y replicada en cuanta tribuna se les presente, los seudopolíticos hacen uso de ellas por conveniencia personal, al igual que los periodistas (corruptos o no) que difunden a gran escala las “verdades” que les instalan, sin cuestionarlas, investigarlas o simplemente chequearlas.
La hipocresía proviene del deseo o necesidad de esconder sentimientos o motivaciones reales a los demás, proyectando una imagen falsa. En la hipocresía existe una inconsistencia entre lo que se piensa y se hace o se dice, con el único fin de no revelar la verdadera personalidad de los hipócritas. En este sentido, la hipocresía es engañar a los demás; es una de las tantas formas que adquiere la mentira.
Existen posicionamientos políticos que son insostenibles desde la objetivad o la verdad y necesitan de la mentira y la hipocresía para defenderlas y propagarlas.
Son aquellos que cuando te hablan de “mayor trabajo” para los ciudadanos, dejaron a miles en la calle. Los que te dicen que “defiende la producción”, pero cerraron 25.000 pymes. Dicen que quieren “administrar con transparencia “la salud pública y dejaron vencer 12.000 vacunas, haciendo que resurjan enfermedades que ya estaban casi erradicadas en la Argentina. Se horrorizan por “la extensa suspensión” de las clases en pandemia, y cerraron escuelas y profesorados, e intentaron hacerlo con las universidades. Dicen “defender la investigación”, pero difaman al Conicet porque sus investigaciones no responden a las necesidades del capital, sino del ser humano.
Son los mismos que juran que pidieron 50.000 millones de dólares al FMI para “cubrir el déficit fiscal”, mientras el mundo entero sabe que usaron ese dinero para que los amigos del poder fuguen capitales. Te dicen que la culpa es del Estado porque “garpa negros planeros” y que “no deben existir los subsidios”, pero defienden los subsidios a los ricos, evaden impuestos, piden exenciones impositivas y moratorias que jamás cancelan.
La proyección es un término del psicoanálisis y la definición de proyección dice que es un mecanismo que consiste en atribuir a otra persona lo que le pasa a uno mismo. Y es lo que en la política argentina se devela hasta el hartazgo en la actualidad.