Desde la Agrupación Carlos Fuentealba, miembro de la comisión directa de la Seccional Uruguay de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer), se dio a conocer en referencia a la decisión del gobernador, Gustavo Bordet y del presidente del CGE, Martín Muller, de volver a clases presenciales.
En referencia a ello, se expresó que “esta decisión se da en un momento de crecimientos récord de casos de contagios a nivel provincial y en el departamento Uruguay en particular, con un sistema de salud pública a punto de colapsar. Bordet sigue la política que impulsa el Gobierno nacional de los Fernández, cuando,, a través del ministro Trotta, armaron un vidrioso ‘semáforo’ de riesgo sanitario para la reapertura de escuelas y, de este modo, dieron vía libre a las provincias a tomar este tipo de medidas en un claro “sálvense quien pueda”.
“A la situación epidemiológica se suma la realidad concreta de nuestras escuelas que vienen siendo vaciadas de insumos, de personal de limpieza y que los edificios escolares no han sido objeto de ninguna reforma edilicia para enfrentar la vuelta a clases y se encuentran en las mismas condiciones (o peor, sin mantenimiento), que en marzo, cuando se decretó la cuarentena. El Gobierno, que nunca garantizó las condiciones para el acceso a la virtualidad, ahora expone a la población a un posible contagio en masa, bajo un sistema de salud a punto de colapsar producto de la falta de inversión. Es evidente que el improvisado regreso no responde a criterios pedagógicos ni epidemiológicos, sino a una presión de las patronales para avanzar en una “normalización” económica y de circulación del capital, que permita “liberar” a las y los trabajadores de las tareas de cuidado, terminar con las licencias, bajar los índices de ausentismo laboral y elevar la productividad.
“Nos oponemos contundentemente a la vuelta a clases presenciales, entendiendo como una condición indispensable para discutir la vuelta a las aulas, es que haya ‘nula o muy baja circulación del covid’. Que se ‘hayan encarado los trabajos de infraestructura’ en las escuelas para que puedan volver a ser habitables y no pongan en riesgo a la comunidad educativa y se ‘constituyan en cada escuela, comités de bioseguridad formado por sus trabajadores’, que organice y controle el protocolo sanitario particular del establecimiento”.
Fuerte oposición de los docentes
