Filtración

El fallo global que provocó durante 8 horas la caída de los servicios de Facebook, Instagram y Whasapp, ocurrido el lunes 4 de octubre, sucedió pocas horas después de que el programa de televisión de mayor audiencia de EE. UU., “60 Minutes”, mostrara por primera vez el rostro de Frances Haugen. Una exgerente de Facebook, responsable de haber filtrado decenas de miles de documentos internos. Haugen reveló su identidad el domingo 3 por la noche, después de que una serie de informes publicados en el Wall Street Journal (WSJ) basados en los documentos que filtró al periódico provocó protestas contra la red social más popular del mundo.
Haugen, de 37 años, es de Iowa y tiene una licenciatura en ingeniería informática y una maestría en negocios de la Universidad de Harvard, la misma universidad a la que asistió el fundador y líder de Facebook, Mark Zuckerberg. Haugen trabajó para Google y Pinterest antes de unirse a Facebook en 2019 para liderar un equipo de “Integridad Civil”, creado para combatir la interferencia electoral y la desinformación. La investigación interna concluyó que los algoritmos que atraen la atención de las redes sociales, suelen contribuir a la “disensión política, afectan la salud mental y provocan problemas emocionales en los adolescentes, especialmente las niñas”. Frances Haugen testificó esta semana ante el Subcomité de Comercio de Protección al Consumidor del Senado. “Facebook sabe que sus productos pueden ser adictivos y tóxicos para los niños. Sabe también lo que causa a los niños y sus familias, pero priorizan las ganancias”. Afirmó que la investigación interna halló que algunos contenidos potencian “los sentimientos de insuficiencia, ansiedad, rechazo y autodesprecio” de los usuarios más jóvenes. Dijo que los líderes de la empresa saben cómo hacer para que Facebook e Instagram sean más seguros, “pero anteponen los intereses económicos a las personas y no realizan los cambios necesarios». La mujer contó que propusieron a sus jefes elevar la edad mínima para compartir fotos de Instagram o Facebook, de los 13 a los 16 o 18 años. Pero la idea no prosperó. Dijo que se documentó que para algunos adolescentes compartir fotos en Instagram, supone una presión de grupo que les ocasiona “problemas de salud mental y de imagen corporal y, en algunos casos, causó trastornos de la alimentación e ideas suicidas”. Según el periódico, el 13,5% de las adolescentes dijo que Instagram exacerbó sus pensamientos suicidas. Y al 17% exacerbó sus trastornos alimentarios.