Esta semana, cuando se reúna en Berlín con el canciller Olaf Scholz, Alberto Fernández podrá desplegar un menú de urgencias insólitamente parecidas con el sucesor de Ángela Merkel. En Alemania, rompen la agenda pública dos asuntos que son temas recurrentes en Argentina: la inflación y la cuestión energética.
Este lunes, el indicador de inflación alemán reveló que los precios subieron 7,4% en el mes de abril respecto al mismo mes del año pasado, la cifra más alta en los últimos 40 años. Según el diario DW, hay que remontarse hasta 1981 para encontrar, y en Alemania Oriental, un indicador similar. Los motivos son, claro, distintos a los que Fernández puede analizar con Scholz: en Alemania, la razón es esencialmente por la guerra de Ucrania, factor que en Argentina agrava un escenario que es, de por sí, delicado.
Berlín será la segunda escala de Fernández en la gira por Europa que iniciará este lunes por la tarde y que, en principio, se extenderá hasta el viernes. La ruta inicial incluye Madrid, donde se verá con el presidente Pedro Sánchez y el rey Felipe VI. Luego, el miércoles, aterrizará en Berlín -donde, entre otros encuentros, estará con Scholz-.
También está en agenda, aunque faltan confirmaciones y quizá algún retoque, una cumbre en el Palacio del Eliseo con Emmanuel Macrón, el recientemente reelecto presidente de Francia.
El viaje presidencial mixtura dos objetivos: con el frente interno enredado por una tensión explícita con Cristina Kirchner, que quedará a cargo del Ejecutivo, Fernández busca construir una “agenda positiva” a partir de dos ejes que explorará en Europa, que aparece como “oportunidad” a raíz de la crisis que produjo la guerra en Ucrania.
La intención es avanzar en negociaciones y acuerdos comerciales, en particular sobre dos temas: energía y alimentos.
En la que será su cuarto viaje a Europa desde que asumió, Fernández estará escoltado por una comitiva reducida.