Señor director:
El próximo 16 de junio se cumplirán 67 años de los bombardeos sobre Plaza de Mayo y otros puntos de la ciudad de Buenos Aires, por parte de aviones pertenecientes a la Marina y la Fuerza Aérea Argentina. Este capítulo oscuro de la historia de nuestro país dejó 300 muertos, centenares de heridos y una clara declaración de guerra interna contra un gobierno democrático que hasta ese entonces no convencía a determinados sectores políticos, empresariales y eclesiásticos.
Con la proximidad de este triste aniversario, tengo la sensación de que los periodistas Marcelo Longobardi, Eduardo Feinmann y Alfredo Leuco decidieron empezar a sembrar el terror desde los medios de comunicación, con actitudes bien marcadas y que no deberían soslayase ante un escenario convulsionado en la región que ya lleva algunos años: represión policial en Chile con muertos y heridos, un golpe de estado en Bolivia que duró poco más de doce meses y manifestantes colombianos desaparecidos.
En este contexto brevemente mencionado, Longobardi y Leuco lanzaron dos amenazas sugerentes con pocos días de diferencia, como intentando preparar un terreno para una situación caótica. A ellos, se les sumó Feinmann con una oportuna fake news (que luego fue mínimamente desmentida por él mismo), para sumar odio contra el actual gobierno nacional. Primero fue Longobardi, a fines de abril, durante un cruce de programas radiales con Jorge Lanata en radio Mitre. Si bien no pidió directamente un golpe de estado con esas palabras, argumentó que al país habría que “formatearlo a un modo más autoritario». Luego fue más allá al sostener sin ningún tipo de filtro y ante el silencio de su colega que: “La democracia no es para cualquier país”.
Por su parte, Leuco, reconocido periodista que milita contra un sector determinado de la política, realizó un cierre de su programa en el canal La Nación+ con una reflexión antidemocrática: “Lo espero mañana a las 9 de la noche para tratar de fortalecer la nación… Sin kirchneristas…” Una actitud que pretende dejar afuera del debate a un sector con alta intención de voto, al menos desde hace más de una década y media.
Como no podía ser de otra manera, Feinmann decidió subirse a este embate mediático para profundizar el hartazgo social por las restricciones en el marco de la actual situación sanitaria, dando a conocer una foto donde el presidente estaba con pilotos de un avión en la cabina y sin mantener ningún tipo de distanciamiento.
Al igual que Leuco, desde la señal de La Nación+, Feinmann operó de forma malintencionada al poner al aire una imagen de 2019 y asegurar que se trataba de una captura realizada en el marco de la actual gira internacional que está realizando Albberto Fernández para intentar conseguir apoyo en la negociación con el Fondo Monetario Internacional. «Todos amuchados sin barbijo en la cabina de los pilotos», dijo el lunes ante las cámaras del medio para el cual trabaja, al mismo tiempo que mezcló la disputa por el cierre de os colegios en la zona del AMBA. Horas más tarde hizo un descargo en redes sociales, pero no tuvo la misma actitud el martes durante su habitual programa de televisión.
Alejandro Mendoza