En una nueva embestida contra la prensa, el presidente Javier Milei apuntó este miércoles contra los trabajadores de prensa en general a los que acusó, sin dar nombres, de golpear “de modo fuerte” a rivales “atados de pies y manos” quienes, “frente a su imposibilidad de defensa muchas veces son extorsionados para que no le peguen tanto”, al tiempo que advirtió a “los delincuentes del micrófono”, “estos pseudoperiodistas” que “les llegó el momento de tener que bancarse el vuelto por haber mentido, calumniado, injuriado y hasta haber cometido delitos de extorsión”.
En un nuevo posteo en redes sociales, tras su regreso de Brasil, en donde participó de la cumbre del G20 y mientras aguardaba su encuentro bilateral con la presidenta del Consejo de Ministros de Italia, Giorgia Meloni, el mandatario sostuvo que, gracias a las redes sociales, “se les terminó el privilegio de casta que han tenido durante tanto tiempo y que han ejercido con tanta violencia”, y agregó: “Por eso, acepten que el mundo cambió para bien y a ustedes se les acabó el monopolio de la palabra. Es hora de que laburen honestamente”.
Para Milei, “a gran parte del periodismo le gusta el boxeo duro con dosis extremas de violencia, con la particularidad que su rival tiene que estar atado de pies y manos”, por lo que planteó que “golpean” y “dan muestras de exquisitos en el arte”.
El Presidente agregó: “A su vez, el oponente frente a su imposibilidad de defensa muchas veces es extorsionado para que no le peguen tanto. Sin embargo, gracias a la tecnología, los celulares y las redes sociales, los delincuentes del micrófono hoy ven que sus víctimas no sólo han logrado desatarse sino que además tienen gran capacidad de respuestas”.
Asimismo, aclaró: “Por ende descubren que no sólo no son grandes púgiles sino que además son bastante menos que mediocres frente a un rival endurecido fruto del castigo asimétrico. Sí, ahora van a ganar menos dinero pero eso es normal en un mercado libre”.
Por último, cuestionó las “respuestas conjuntas”, en alusión a la coordinación entre los gremios periodísticos, a los que acusó de ser cómplices de “un modelo violentamente siniestro”. “Al unirse conforman una solución de colusión que hace a un mercado del tipo competitivo actuar como si se tratara de un monopolio”, concluyó.