Matías Santa María se entregó en los tribunales de Paraná, luego de una orden de captura en su contra requerida por el fiscal Santiago Alfieri. Otro de los sospechosos es un ex funcionario.
En las últimas semanas, la Justicia penal de Entre Ríos comenzó a investigar una presunta estafa piramidal que habría afectado a más de 50 personas, con un botín fabuloso que, según estimados oficiales, supera los 10 millones de dólares. Hay tres sospechosos en el expediente que investiga el fiscal Santiago Alfieri de Paraná, entre ellos, Julio Gamarci, entrenador de la Selección argentina de softbol que obtuvo el título mundial en 2019 y luego funcionario de Paraná.
Entre todos, el principal acusado es Matías Santa María, con un pedido de captura en su contra. Este viernes por la mañana, Santa María se entregó con su abogado, Pedro Fontaneto. Según investigadores, Santa María, que se presentaba en redes sociales con fajos de billetes, supuestamente firmaba los pagarés y contratos de mutuo por dinero, autos y propiedades que entraban en el mecanismo y que nunca regresaban a sus dueños. Los presuntos estafadores ofrecían una tasa notable de retorno: 4% mensual en dólares.
El acusado llegó a la sede del Ministerio Público Fiscal en la parte trasera de un auto. Allí, lo esperaba su defensor. Bajó y entró al edificio sin hacer declaraciones. De inmediato, fue trasladado al despacho del fiscal Alfieri. “Se demoró en presentarse por el temor que tenía. La familia y él la pasaron muy mal. Recibió fuertes amenazas y no es grato para nadie que le saquen fotos de la puerta de su casa, se las manden por teléfono y todo el tiempo lo estén amenazando”, aseguró Fontaneto al entrar a los tribunales.
Santa María presumía una vida de lujos. Varias fotos que circularon por redes sociales lo mostraban rodeado de grandes sumas de dinero, bebiendo champán o junto a un jet privado, un típico artilugio de los operadores de esquemas Ponzi para atraer clientes.
Sin embargo, cuando el sistema entró en crisis a mitad de año, Santamaría desapareció. No contestó más los mensajes y llamados y no se lo vio más en los lugares que frecuentaba. Los otros dos implicados, Julio Gamarci y su hermano Andrés, sí fueron localizados por la Justicia.
De funcionario a financista
Su modus operandi era diferente al de otros presuntos esquemas piramidales. “Ofrecían a quienes tuvieran un auto o una propiedad que los lleven. Les prometían un canon mensual y que al cumplirse el plazo recibirían el valor del bien. Pero no les pagaron nunca. Cuando llegaba la hora de cobrar, los pateaban para adelante o les ponían la excusa de que había que anunciar (el retiro del capital) con meses de anticipación. Los iban pedaleando hasta que no aguantó más y explotó”, relató Claudio Berón, abogado representante de varias víctimas.
“Los mutuos eran firmados por Santa María. Pero en muchos casos usaban la máscara de SAS (sociedades de acciones simplificadas, o de cómodo en la jerga) llamadas Fanmar y Jifa.
En el último tramo, el que tomó la posta de Santa María, que desaparece, fue Julio Gamarci. La operatoria duró 4 años, más o menos. Paraná es un pueblo grande y la confianza fue lo que operó a favor de ellos”, continuó Verón.
Julio Gamarci, de 50 años, es, además de abogado un conocido deportista. Hasta marzo de este año fue el entrenador de la Selección Argentina de Softbol que obtuvo un título mundial en 2019 y una medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Lima del mismo año.
Tuvo un paso por la función pública, cuando el ex intendente de Paraná y candidato a gobernador por el PJ en las últimas elecciones, Adán Bahl, lo designó subsecretario de Deportes durante su gestión (2019 – 2023). “Julio es una persona que cree y apuesta al trabajo en equipo. Es una gran incorporación para nuestra gestión”, afirmó Bahl en ese entonces.
Gamarci se definió como «un paranaense, softbolista”, que ejerce la profesión de abogado, tiene “mucho arraigo por la ciudad y una pasión muy grande por lo que hago”.
“Soy un ciudadano más que tiene un cargo que honrará como corresponde, tratando de dar respuesta para cuando tenga que irme este lugar lo deje mejor de lo que estaba”, aseguró el ahora procesado cuando ingresó al Palacio Municipal en calidad de funcionario.