La empresa Bioceres anunció que el trigo resistente a la sequía, cuya invención y patente es 100% del estado argentino, dio un paso clave para su comercialización en ese país.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) concluyó positivamente una revisión de su trigo transgénico HB4 resistente a la sequía. Sus creadores y dueños de la patente son la Universidad del Litoral y el Conicet. El hallazgo fue una proeza científica de la doctora Raquel Chan y su equipo. Todos funcionarios públicos, con sueldos abonados en su totalidad por el Estado argentino.
El Conicet eligió a Bioceres para llevar adelante todos los requerimientos y pruebas que exigen los protocolos nacionales e internacionales para su aprobación. La compañía es enteramente nacional, compuesta mayoritariamente por productores y cooperativas, muy atomizada, con más de 300 dueños y además cotiza en bolsa.
La empresa confirmó que se dio un “paso clave” para poder exportar las semillas argentinas a Estados Unidos, tal como lo ratificaron antes Brasil, Colombia, Canadá, Nueva Zelanda y Australia. El trigo HB4 todavía necesita aprobación del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), pero el respaldo de la FDA anticipa su inminente autorización.
vb “La FDA ha llegado a la conclusión de que no tiene más preguntas sobre la seguridad de trigo HB4, y que no plantea cuestiones que requerirían una revisión previa a la comercialización o aprobación de la FDA”, dijo Bioceres en un comunicado.
La FDA y el USDA regulan la mayoría de los alimentos transgénicos en Estados Unidos. El primero evalúa la seguridad de los alimentos antes de que ingresen al mercado, mientras que el USDA se asegura de que las semillas transgénicas no dañen a otras plantas.
Hecho histórico
Esta es la primera vez que la FDA concluye favorablemente la evaluación de un desarrollo argentino de este tipo. Esta serie de aprobaciones que Bioceres ha obtenido en muchos de los principales países importadores y productores de trigo en los últimos meses son el resultado de más de 10 años de trabajo para que el Trigo HB4 cumpla con las normativas necesarias en cada uno de estos mercados.
“En un contexto como el actual, con una alta demanda global de trigo producto de la crisis generada por la invasión de Rusia a Ucrania y el cierre de exportaciones de India (el 2º productor mundial) es clave la aprobación de esta tecnología argentina única en el mundo. Bioceres continuará con el sistema de identidad preservada, es decir, no comercializará las semillas, lo cual le permite a la empresa preservar el valor de la tecnología. Argentina tiene legitimidad para impulsar estos avances en la agenda global, con la responsabilidad y el orgullo de ser pioneros en desarrollos en ciencia y tecnología”, señalaron desde la empresa.
Bioceres deberá pagar al Conicet y a la Universidad del Litoral una regalía sobre la venta de la semilla que haga él o un tercero, cualquiera sea el lugar del mundo en el que se siembre, y aunque transfiera la licencia.