Señor director:
Tengo el presentimiento de que hay más de un vivo dando vueltas. Con el avance de la vacunación, cada vez es más habitual cruzarse con personas que están muy por debajo de la edad en que están vacunados y sin embargo muchos ya tienen aplicadas algunas de las dosis. Esto se da principalmente con jóvenes que trabajan en salud, seguridad, educación y otras actividades declaradas como esenciales. Hasta acá no hay demasiado que cuestionar, pero creo que hay avivadas de algunos ciudadanos que no quieren esperar su turno, no desconfío del esquema de vacunación y mucho menos de quienes están al frente del operativo, desconfío de los oportunistas de siempre que por ahì tienen un cargo en una facultad, no van nunca y sin embargo fueron vacunados. Desconfío de personas que tienen un par de kilos demás y consiguen vacunarse como personas de riesgo. La excusa más sorprendente que me contaron y que dicen ocurre bastante, es la de tener una masa corporal que no coincida con el cuerpo, por lo tanto se estaría ante una persona con “obesidad” o problemas de sobrepeso. Sinceramente no soy médico y no me voy a poner a analizar ningún recetario médico, pero debemos estar atentos a las avivadas de aquellos que se quieren saltear injustamente los turnos y en caso de ser necesario, ver quiénes son los que indican esto. Tal vez es todo legal y yo estoy siendo paranoico. Mido 1,65 metros y peso 89, seguramente mi masa corporal no coincida con mi cuerpo, pero eso no puede ser un motivo para saltearme mi turno. Quiero aclarar que estoy tan ansioso den ser vacunado como cualquiera, este fin de semana se murió en San José un joven de 39 años que terminó el colegio el mismo año que yo. Pocas horas después murió un árbitro de básquet que me arbitró de niño. La verdad que esto está asustando mucho y debemos ser pacientes.
Eduardo José González