La Comisión de Ex Detenidos y Desaparecidos de Concepción del Uruguay -a través de un documento firmado por Víctor Baldunciel, Roque Minatta, Juan Carlos Rodríguez y César Román- conmemoró el 44° aniversario de la Noche del Mimeógrafo.
En el escrito se señala que “el 19 de julio de 1976, el grupo de tareas de la Policía Federal secuestró y sometió a tormentos a un grupo de estudiantes secundarios y a militantes de Juventudes Políticas, dentro del marco del terrorismo de estado y del genocidio, ejecutado en nuestro país entre 1976 a 1983. Se trató de Darío Moren, referente local de la Juventud Peronista, Horacio Valente, simpatizante del Peronismo Auténtico y de Carlos Martínez Paiva, militante de la izquierda, que luego de dos semanas de ser sometidos a las más crueles torturas fueron trasladados al Penal de Coronda, provincia de Santa Fe, donde estuvieron encarcelados hasta finales de 1978. “Junto a ellos, también fueron secuestrados y sometidos a tormentos los estudiantes secundarios: Juan Carlos Romero (Kaku), Carlos Zenit (Negro) y Víctor Baldunciel (Tito), militantes de la UES y del Centro del Colegio. También, Roque Edmundo Minatta (Pepa), Juan Carlos Rodríguez (Changui), militantes de la UES y del Centro de la Escuela Normal y César Manuel Román, militante de izquierda y del centro de la Escuela Normal. Los estudiantes secundarios al poco tiempo fueron liberados en diferentes días bajo la figura de ‘libertad vigilada’, vale decir, no podían salir de la ciudad”.
Dictadura y resistencia
“Es importante rememorar y denunciar una y otra vez este evento aciago de la historia de nuestra ciudad, pues, señala la presencia del terrorismo de Estado en el plano local. Identifica y denuncia la presencia en 1976, de un grupo de tareas de la Delegación de la Policía Federal en Concepción del Uruguay. Pero tan importante como ello, si nos importa de verdad el nunca más, es reflexionar sobre a la práctica y el discurso militante de aquellos jóvenes uruguayenses. “Reflexionar desde el hoy, desde una mirada retrospectiva, el esfuerzo de aquellos jóvenes por comprender el carácter de la dictadura y resistir a su poder omnímodo, con los pocos recursos que contaban: mimeógrafo y palabras. ¿Videla era fascista o era un general democrático que venía a restaurar el orden civil perdido a manos de políticos inescrupulosos y demagogos? El interrogante es válido para el ayer pero también para la actualidad, cuando grupos que ejercen prácticas fascistas acechan en nuestra ciudad destruyendo objetos de la memoria popular que identifican nuestro universo simbólico e imaginario. “A 44 años de La Noche del Mimeógrafo: ¡Memoria, verdad y justicia a los culpables¡ ¡No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos¡ ¡Por el esclarecimiento del acto contra el busto de Osvaldo Bayer”, concluyó el escrito.