Se conmemoró ayer el Día de la Madre Tierra, la casa común de todos los seres vivos que habitan en este planeta. De las buenas prácticas para su cuidado depende el futuro de la humanidad.
En un contexto de emergencia climática, causada por las emisiones de gases de efecto invernadero -producto de la deforestación, entre otras cosas- resulta fundamental volver a las bases para proteger lo que queda de naturaleza y son los pueblos indígenas sus principales protectores. Son la fuerza viva y quienes desde la raíz comprendieron que la Madre Tierra no es un asunto separado del ser humano, sino que coexisten. Son ellos quienes mantienen una relación armoniosa con la naturaleza, basada en un conocimiento profundo de la biodiversidad de sus territorios.
Por eso, Mario Borjas, mburuvicha de la comunidad guaraní ka’a kupe y líder de la organización tradicional Mbya Aty Ñeychyrõ reflexionó acerca de este día tan especial: «Para mí es sumamente importante hablar de la Madre Tierra, para todos los mbya. La naturaleza es fundamental para nosotros, nuestra vida y forma de estar en casa. Ahí hay alegría, educación y, si no la cuidamos, se termina la alegría de la comunidad».
Sobre las empresas de monocultivo, que se catalogan como” ecológicas, sustentables y promueven la preservación ambiental”, Mario Borjas aseguró que «los principales cuidadores de la tierra somos las comunidades. No pueden venir con un papel a enseñarnos cómo cuidarla, sabemos hacerlo y vamos a seguir cuidando el monte, porque así nos enseñaron nuestros padres y abuelos».
En el día mundial de la tierra. Se reflexionó sobre la necesidad de preservar la ‘casa común’
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