ELECCIONES 2023. La participación de los jóvenes es la gran incógnita

Los analistas esperan un aumento de la participación de alrededor de cinco puntos porcentuales respecto al 69% que concurrió a las urnas el último 13 de agosto, en línea con lo sucedido en las últimas dos elecciones nacionales (2021 y 2019).
Ninguno de los consultados tiene en claro a quién beneficiará el potencial voto extra de al menos 2 millones de personas, pero algunos aseguran que la cuestión etaria es clave: si se agregan muchos más jóvenes (sobre todo el segmento de 16 y 17 años).
“La expectativa es que tengamos alrededor de un 75% de concurrencia para estas elecciones presidenciales nacionales”, sostiene Lucas Romero, director de Synopsis Consultores. Gerardo Scherlis, investigador del Conicet y Diego Reynoso, director de la Encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública en Universidad de San Andrés, coincidieron con Romero, y aseguran que la expectativa es de un aumento “clásico” en la concurrencia de entre 4 y 6 puntos porcentuales.
Este fue el aumento en la participación de las últimas dos elecciones nacionales: en las PASO de 2019 la participación había sido del 76% y dos meses después, en las elecciones que dieron como ganador a Alberto Fernández, la concurrencia llegó a ser del 81%. En las PASO del 2021, en un contexto de pandemia, la participación fue del 67%, y para las generales de ese mismo año, aumentó a 71%.

Teoría del “carro del perdedor”
¿A quién beneficiaría este potencial aumento en la participación? Todos los analistas sostienen que es muy incierto, aunque ofrecen pistas. “Los que menos votan en general son quienes no están obligados: los mayores de 70 años y los jóvenes de 16 y 17 años”, sostiene Reynoso. “La cuestión etaria es central: si van a las urnas muchos más jóvenes, saldría beneficiado Milei; si se suma mucha más gente mayor, Bullrich y si se agrega gente de mediana edad, entonces saldría beneficiado Massa”, sintetiza Scherlis.
“Históricamente, se pensó que las personas se suben ‘al carro del vencedor’: es decir, si están indecisas frente al voto, se ven influidos por aquellos que están entusiasmados”, describe Giacobbe. “Sin embargo, en las últimas cuatro elecciones la gente se subió al ‘carro del perdedor’”. En 2019 Macri, achicó la diferencia con Alberto Fernández; en 2015 Scioli sacó 38% en las PASO y 38% en las Generales frente a un Macri que creció. En las legislativas de 2021 el Frente de Todos achicó la diferencia de votos con Juntos por el Cambio. Y en 2017, Esteban Bullrich perdió las PASO frente a Cristina Fernández de Kirchner por un punto y luego ganó las generales por un punto.