“El viento que arrasa”, de Selva Almada

“Ver a los personajes de la novela encarnados en la pantalla fue muy emocionante”, reconoce la autora.

“Me impactó positivamente de la película el casting que hizo la directora. Los actores y la actriz son muy buenos, tanto como las locaciones”, destaca la novelista nacida en Villa Elisa.

Por Carlos Marín
Periodista

En 2012, la publicación de “El viento que arrasa”, situó a Selva Almada como una voz reconocida en el panorama literario nacional. Hace ocho años fueron adquiridos los derechos para llevar la historia a la pantalla grande. Ese proceso culminará el próximo 21 de marzo, cuando se estrene la versión cinematográfica de la novela, dirigida por Paula Hernández.
En febrero de 1959 se concretaba el estreno de “Las Tierras Blancas”. La versión cinematográfica de la novela de Juan José Manauta -publicada en 1956- señalaba un hito en el panorama cultural provincial.
Dieciseis años más tarde, el 22 de abril de 1975, en el Teatro 3 de Febrero, en Paraná, tenía lugar el estreno de “Los gauchos judíos”. La actividad resultó un acontecimiento para la época y la proyección contó con la presencia en la sala del entonces gobernador Enrique Tomás Cresto. El largometraje dirigido por Juan José Jusid estaba basado en el libro homónimo de Alberto Gerchunoff, publicado en 1910, en homenaje al Centenario de la Revolución de Mayo. Doce días después se concretó un accidentado estreno -con desmanes, amenazas y destrozos- en el cine Broadway, de la ciudad de Buenos Aires.
Esa cadena, que conecta la literatura de autores entrerrianos con el cine sumará este mes un nuevo eslabón, cuando el 21 de marzo se concrete el estreno nacional de “El viento que arrasa”, primera novela de Selva Almada.

Ecos de una historia

Producida por Cimarrón Cine, este largometraje tuvo su premiere internacional en Toronto (TIFF), fue película de apertura de Horizontes Latinos en el Festival de Cine de San Sebastián y pasó por los festivales de Biarritz, Goteborg (premio Youth Jury Dragon), Tromso, Mar del Plata y La Habana (premio FIPRESCI), entre otros.
La película dirigida por Paula Hernández cuenta con las actuaciones de Alfredo Castro, Sergi López, Almudena González y Joaquín Acebo.
El film, de 94 minutos de duración, tiene como uno de los personajes protagónicos a Leni, una adolescente que acompaña a su padre, el Reverendo Pearson, en su misión evangélica. El auto en el cual hacen su recorrida pastoral tiene un problema mecánico, obligándolos a detenerse en el taller mecánico del Gringo, un hombre en las antípodas de la fe que vive junto a Tapioca, un adolescente bajo su tutela. En una espera forzada por una tormenta, el Reverendo se obsesiona con salvar el alma de Tapioca mientras que Leni reconocerá en el poder que Pearson ejerce sobre el joven, ecos de su propia historia. Lo enfrentará entonces por primera vez, intuyendo que su vida comenzará en ese preciso instante, asumiendo su destino.
La novelista no ahorra elogios para el largometraje y la directora. Almada admite: “me gustó muchísimo la mirada que Paula Hernández tiene sobre el libro”.

En primera persona

Para Selva Almada, la propuesta para llevar al cine su novela “me pareció bien. Y siempre tuve claro que el resultado final ya no iba a ser mi obra, sino la del director o de la directora que la tomara a su cargo”.
En ese momento, “me preguntaron si me interesaría adaptar la novela, el guion, o participar de algún modo en el proceso. Dije que no, que prefería que la película fuese la obra de la persona que la dirigiera. De manera que yo no participé en el proceso de la película de ninguna manera”, recordó la escritora nacida en Villa Elisa.
Cuando Paula Hernández, que es la directora, tomó a su cargo el proyecto de adaptación y después futura dirección de la película, se conectó nuevamente. “Tomamos un café, me preguntó algunas cosas sobre la trama y me contó para dónde ella pensaba, para dónde estaba llevando la adaptación, pero por propia decisiòn no participé del proceso”.
Ahora, al encontrarse con el trabajo terminado, Almada admite: “me gustó muchísimo la mirada que Paula (Hernández) tiene sobre el libro. Creo que una de las cosas que más me impactó positivamente de la película fue el casting de lujo que hizo. Los actores y la actriz son muy buenos. En el caso de Alfredo Castro y Sergi López son muy conocidos. Y los que hacen de Leni y de Tapioca son mucho más jóvenes pero están muy bien en sus papeles.” La actriz rescata también las locaciones en que se filmó, con “imágenes muy hermosas de paisajes y de momentos”.

Ver vivir personajes

La novelista no ahorra elogios para el largometraje. “La verdad que es una película muy buena y a mí me encantó poder verla cuando se concluyó.” Y destaca que volverá a verla: “Ahora probablemente vuelva a verla cuando se estrene”.
En cuanto a las puertas que se abren para la historia en este nuevo lenguaje, Almada expresa su esperanza que “espectadores de la película que no leyeron el libro, después de verla se vayan con ganas de leerlo. Así que sí, en ese sentido, siempre es positivo que se vuelva a hablar de un libro que ya tiene muchos años.”
Al considerar la posibilidad de que esta experiencia la vincule más decididamente a teatro a la escritura de guiones, Almada lo descarta de plano. “Nunca escribí teatro. Alguna vez sí hice un taller de dramaturgia con (Alejandro) Tantanian y (Daniel) Veronese. Pero eso fue hace más de 20 años, cuando recién me había mudado a Buenos Aires. Y empecé a escribir algunas cosas, pero después ahí se quedaron, sin terminar. Y no volví a acercarme a la dramaturgia. Sí, a la escritura de guion, porque escribimos junto a Maxi Schoenfeld el de Jesús López y algún otro proyecto también de serie, de televisión, en que trabajamos, y que hasta el momento no se ha concretado. Pero sí estuvimos trabajando en ese formato.” De todos modos, concluye “a mí lo que más me gusta es la narrativa que es donde realmente me gusta estar, me presenta más desafíos y búsquedas y exploraciones”.

El elenco, el film, la historia

Para Alfredo Castro, quien representa al Reverendo Pearson, “El viento que arrasa” ha sido el proyecto “más desafiante que me ha tocado enfrentar”.
“Fue un enorme privilegio participar de este proyecto, un rodaje que uno nunca olvidará”, concluye.
Sergi López, que pone carnadura a Gringo, el mecánico, no duda: “Para mí fue una hermosísima aventura, que todavía continúa y que ahora formará parte, no de nosotros sino del público.”
“Fue una historia, un proyecto que me conmovió sobremanera. Encontré no solamente mi personaje sino también la historia, esta fábula tan desgarradora y con esos pocos personajes. En particular el que encarno, de pocas palabras y que sin embargo es muy humano, que vive muchas cosas por dentro, con sus contradicciones, con sus pálpitos, con sus deseos, su amor por su hijo.”
Almudena González representa a Leni, la hija adolescente del Reverendo. “A medida que iba avanzando el rodaje también fui entendiendo que Leni, como personaje, me estaba enseñando cosas de la vida a mí, Almudena.” Y confía que “el proceso de la película lo viví con mucha felicidad, compromiso y entrega, sabiendo que iba a ser algo que me iba a sacudir, tanto en lo profesional como en lo emocional y lo creativo.”
“Para mí hacer esta película fue una travesía que me llevo en el corazón. Al ser mi primera experiencia en cine, fue un proceso de aprendizaje enorme”, admite Joaquín Acebo para quien “Tapioca es un explorador. No sabe que no quiere estar donde está porque no conoce otro lugar. Con la llegada de estos nuevos personajes, Tapioca empieza a darle rienda a todo eso que lleva adentro y a permitirse preguntarse qué es lo que quiere.”

La voz de la directora

Paula Hernández (Buenos Aires, 1969) estudió en la Universidad del Cine de Argentina, fue becaria del Berlinale Talent Campus. Es directora, guionista y productora.
Para ella “El Viento que Arrasa” es una road movie en el umbral de una tormenta.
“Un viaje de un padre enceguecido por la fe y de una hija adolescente que intenta quebrar un destino que parece ineludible: ser ladera de un fanático, ser hija sin casa, sin madre, sin memoria. Ser mujer atrapada entre estereotipos religiosos”.
La historia es la vida a bordo de un auto, sin punto de referencia. Nómade, desarraigada. “El Viento que Arrasa” nada en las aguas viscosas de los vínculos familiares, se sumerge en la admiración edípica y el rechazo, navegando en el poder que ejercen los poderosos sobre los más frágiles, interviniendo sin tapujos sobre sus conciencias.
“Es la quietud antes de la tormenta. Es el viento que llega con la fuerza de los nuevos tiempos, que todo se lo lleva. Y que arrasa, sin piedad alguna, haciendo a los protagonistas dueños de su destino”, concluye la cineasta.