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Concepción del Uruguay
sábado, mayo 24, 2025

El triunfo del fracaso

Se viene la Bestia Rubia. El milagro de la buena imagen. La deuda provincial de 530 millones de dólares con Wall Street. Mitad de tabla para abajo. El triunfo del fracaso. La sucesión más entretenida. Los candidatos en carrera. La idea de Entre Ríos en la era informacional. El “Modelo Concepción del Uruguay”. ¿Lo qué?

Por Sergio Ghe

Me pidieron que escriba una nota sobre el panorama político en Entre Ríos. “A esta nota me la como en un pancho” me dije y acepté rápidamente. Pero hace un par de días que estoy dando vueltas. Es que… ¿Hay panorama?… ¿Hay política?… ¿Hay Entre Ríos? Bueno, aquí va lo que hay.
Entre Ríos siempre fue una provincia de gran potencial, pero gracias a su dirigencia nunca pasó de mitad de tabla. En ocasiones ha solido estar de la mitad para arriba, pero la mayor parte del tiempo se ubica de la mitad para abajo. Triste realidad hoy estamos más cerca de Catamarca y La Rioja que de Mendoza, Córdoba o Santa Fe. Más de la mitad de los nacidos y criados no viven en la provincia o sea no hay oportunidades. La educación pública ha tenido un formidable retroceso impulsando a las estrellas a la privada. Eso sí, la culpa ya sabemos de quien es: del FMI, de la ASFRSD, y si no, de Macri. Es decir, el principal elemento que genera pobreza y peor aún, exclusión (la verdadera fábrica) está en la educación. Sin embargo, nada de esto ha preocupado demasiado (nada diría) a los gobiernos de los últimos 20 años. Todos del mismo partido, el partido YNF (Yo No Fui), el partido peronista. Digresión: con matices los dos gobiernos no peronistas desde el 83 a la fecha fueron bastante parecidos.
O sea, en una provincia con un potencial enorme en lo económico y social el panorama es, desde luego sombrío. Pero básicamente por la falta de voluntad. Por ese apoderamiento del Estado (Gobierno, Justicia y Legislatura) que ha ocurrido por parte de una casta a la que en verdad no le importa nada. Esto, que bien podría sonar a proclama anarquista es, lamentablemente la más rigurosa de las verdades. Esta telaraña se ha extendido como una Matrix, un “sistema” del que no se puede salir y que reemplaza a la verdad. Esa Matrix mantiene satisfecha a la casta y en hibernación con pequeños hilos de vida al resto de las personas que tienden creer que esto “es así”. Esta Matrix por definición obtura el diálogo, la participación, la innovación, la potenciación de las personas y por tanto el desarrollo como proceso general. Claro siempre habrá lugar para alguien nuevo dispuesto a convalidar sus principios: statu quo conservador, gobernar es no tener quilombo, lo que no funciona se lo empeora, la culpa la tiene otro, vamos viendo y otras célebres máximas de la mediocridad política. Al cabo de 20 años ininterrumpidos de mediocridad, finalmente habremos tenido el resultado buscado: mediocridad al cuadrado. Devaluados. Mitad de tabla para abajo. Cerca de los peores.

En ese contexto general de barranca abajo el gobierno provincial sigue jugando con el juguete de la buena imagen del gobernador Bordet. Es eso, un juguete. No sirve para convocar de verdad, no sirve para cobrar importancia o relevancia política (de hecho, quien afirme que Entre Ríos “no existe” en el nivel nacional no estaría lejos de la verdad). Tampoco sirve para liderar, el partido provincial que preside perdió una elección por 185.000 votos no reunió siquiera a su gabinete (¿gabinete, what’s this?). Tampoco para compartir, ya que está probado que la foto del gobernador no transfiere ningún voto. Tampoco sirve para impulsar el desarrollo (hay escasos proyectos públicos, y mucho menos privados, de relevancia ejecutándose en la provincia en los últimos años).
Pero, atención, no toda la buena imagen es al cohete. Sí que sirve para algo: para disimular el endeudamiento de 530 millones de dólares contraído por la Provincia en Wall Street. Una verdadera bomba de neutrones que condiciona el futuro de entrerriano y avizora más impuestos para pagarlo. Para ello cuenta con la protección de los medios que han preferido poner el foco en las andanzas de Urribarri, las movidas de los fiscales y las denuncias de Paglioto. Monedas, al lado de esta verdadera fortuna fuera de escala a la que deberán hacer frente un par de generaciones de entrerrianos. Para decirlo claramente: ¡Cambiamos deuda que estaba en pesos por deuda en dólares… en Argentina!
Claro, al primer vencimiento ya no pudo pagarse y entonces se pateó todo para adelante. Que el pelotazo lo ataje Magoya. La gacetilla oficial sin embargo destaca el orden y la previsibilidad de las cuentas de la Provincia. El sistema de medios reproduce tal cual. Todos contentos. El papel pintado sigue fluyendo de los cajeros. Esa es la lógica de todo el sistema. Hasta que reviente. No importa, las consecuencias de la política no ocurren en tiempo real y la memoria es frágil.
También hay otros mal pensados que aseguran que esa buena imagen sirve también a otro uso. Tapar el ajuste al salario, jubilaciones y gasto social obrado en su gobierno. Pero eso deberá esperar a otra nota.
De todas maneras, no hay que pasarse de rosca, ser injustos ni quitar méritos. Ocho años de gobierno ninguneado por la política nacional, endeudado, con dos palizas electorales en el medio y ninguna obra de verdadera escala financiada con la ayuda de la Nación que eleve o cambie la matriz productiva de una región (como el Túnel, Salto Grande, el puente Rosario Victoria, los puertos, etc.), pero al mismo tiempo manteniendo siempre una alta imagen positiva es, convengamos, una verdadera hazaña. Bordet ha logrado el milagro.
Pero la política es cruel. Y en el peronismo algunos quieren acelerar historia. Como “no conduce”, afirman inconformes, es posible que el proceso de su sucesión se vuelva un tanto anárquico, pero al menos será un poco más entretenido para un partido cuyos últimos mandatarios han sido “designados” explícitamente por sus antecesores. Busti a Urribarri y Urribarri (cuando era bueno) a Bordet.
Allí está el intendente de Paraná Adán Bahl, con una gestión promedio aceptable (muy buena para los propios, horrible para los enemigos) en la capital, arrimándose al palenque de Massa (lo que sea, pero no estar solo y Massa siempre cae parado). Enrique Cresto, que otra vez volvió a renunciar al cargo para el que fuera electo mostrándose, en la cara de Bordet, como un gobernador “definiendo políticas de desarrollo para Entre Ríos” en el ámbito nacional. Y la piba Stratta, ficha intercambiable, quiere más a pesar de que nunca ha ganado nada ni en su territorio victorense. Bahillo, por su parte, no tiene tiempo ni ánimo para escuchar a quienes juegan con impulsarlo a la contienda, jaqueado como está ahora por los dirigentes de la Mesa de Enlace que le piden declaraciones de emergencia agropecuaria y otras yerbas por la sequía. Mirando el panorama 2023, sabiendo que soplarán vientos de cambio en la provincia luego de 20 años de gobiernos peronistas, espera la Bestia Rubia Rogelio Frigerio. Confía que sólo un derrape al abismo de JXC puede sacarlo del sillón de Urquiza, y quizás ni siquiera eso. Se sabe con pocos flancos. Tiene alto conocimiento en toda la provincia. El público tiene una cierta idea de lo que es o representa. Luce confiable. Es porteño, pero no parece, O sea, una campaña casi ya hecha. Todos los demás a remar en un mar de dulce de leche, 20 puntos abajo.
Claro que la Bestia Rubia deberá cuidarse del destino de aquellos boxeadores yanquis anunciados como la gran Esperanza Blanca, que acaban en la lona largando espuma por la boca antes de que termine el primer round.

Modelo Concepción
¿Y por casa? Todo de 10, lanzando el “Modelo Concepción del Uruguay”, un proyecto original del intendente Martín Oliva que suena mucho al “Modelo Chubut”, con el que el exgobernador Das Neves se soñaba Presidente y prometía aplastar a Cristina.
Una extravagante (y costosísima) maquinación publicitaria que hacía eje en el “éxito” de su gestión a partir del mínimo índice de pobreza, la alta tasa de escolaridad y los pocos hechos delictivos… en una provincia con rentas petroleras, mineras, Parques Nacionales y beneficios impositivos por zona desfavorable. Y con una población… ¡menor a la suma de las de Concepción del Uruguay y Paraná!!!
Un Modelo basado en la educación, la salud y la producción. Excelente. Salvo por el detalle de que tales cosas no son competencias de la Municipalidad, sino de la Nación y la Provincia. Pero si funcionan bien, si tenemos universidades, investigadores, empresas innovadoras y demás, subámoslas a la carroza. ¿Y la seguridad?, bueno no, ahí nosotros no tenemos nada que ver, la Policía depende del gobierno provincial. De acuerdo, pero si ponemos algunas luminarias en las zonas oscuras y dejamos de renovar siempre las mismas en las zonas top, a lo mejor bajan las balaceras. Sería un gran triunfo, como el de lograr que no se corte el agua, o bajar las tasas, porque la ola de calor y la presión tributaria están de moda. Para no hablar de los incendios de baldíos, que con sólo cortar los yuyos les ahorraríamos tanto a los bomberos.
No, no, hablemos de servicios, maximicemos lo que anda bien, de las obras, esas que se hacen con fondos nacionales pero que en la comarca presentamos como propias. Mostremos el Modelo, la gente adora a los estadistas.
Señalar un norte es importante, tener una visión del conjunto y a futuro a veces garpa. Pero ojo, que tampoco nadie come vidrio y no da para que el presidente de Sacachispas lance su candidatura mostrando que el Manchester City juega como él siempre dijo que hay que jugar.

Pero pongámonos un poco sociológicos para el final. Manuel Castells, el extraordinario catedrático catalán, investigador de las nuevas relaciones creadas por el paradigma informacional, documenta cómo a medida que crece la sociedad en red, es decir la vinculación de las personas con el mundo en red, crece además la necesidad de anclaje afectivo en un lugar. Es lo que llama la glocalización. O sea, un fenómeno que acentúa lo global y lo local al mismo tiempo. A las personas les interesa el mundo y su ciudad. ¿Dónde queda el espacio provincia en esa idea? ¿A quién le interesa eso que no está ni cerca ni lejos? Que no es de nadie, que es una zona gris, en la que las personas no tienen intereses directos, con la que se han perdido los vínculos culturales y afectivos. Sociológicamente Castells diría que La Provincia, Entre Ríos como concepto político es una zona gris de un mundo analógico que ya no existe. Es la hora de las ciudades. ¿Qué ciudades? Las ciudades del mundo en red.
¿Da para otra nota no?

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