Me da brinca ver que quieran poner el ejemplo de comportamiento en reuniones sociales no permitidas que se realizan en barrios humildes de la ciudad, cuando este tipo de actividades se realizan en todas partes de la ciudad. Seguimos demostrando que en la ciudad pareciera haber dos clases de personas, las que tienen derecho a hacer lo que quieran y las que deben padecer escraches mediáticos ante una picardía de adolescentes. Una vez al menos hagan un operativo que incluya a nenes bien de la ciudad, que se juntan todos los fines de semana y no los controlan.
Adrián García