El telegrama

Entiendo perfectamente la necesidad de trabajar de todos los ámbitos económicos, desde el comercio más pequeño o el profesional de menor trayectoria, hasta el emprendimiento más exitoso de la ciudad. Lo que no entiendo es la hipocresía ¿Para qué gastamos tanto tiempo hablando de la capacidad de los gimnasios por ejemplo, si sabemos que no se respeta lo establecido? Alcanza con pasar por cualquier gimnasio y verlo o con entender que ningún emprendimiento comercial puede funcionar con el 30 por ciento de su movimiento habitual. Es imposible imponer un aforo de menos de la mitad de los habituales asistentes. Es insostenible económicamente.
Mauricio Arce