El telegrama

Puedo decir que vivo a escasos metros de la esquina de 9 de julio y 21 de noviembre, donde hay un edificio y un semáforo. Realmente no puedo comprender cómo, si estamos con restricciones, aún hoy durante las noches de viernes y sábado, los autos frenan en dicho lugar, aceleran para hacer ruido con sus motores o ponen música al mango con equipos de audio imposibles de disfrutar dentro de un auto, con el único fin de hacer sonar la alarma del negocio que está en ese semáforo. Esto ocurrió siempre, pero llama la atención que ocurra con restricciones.
Graciela Sandoval