En avenida Paysandú, a la altura de Almafuerte más o menos, ahí donde terminan los tanques de YPF, hay una bocacalle que permanentemente está emanando agua putrefacta y genera un importante lago hasta la mitad de la calle por donde circulan los camiones. Es realmente imposible pasar por ahí sin sentir el olor putrefacto del agua servida, misma situación que se puede experimentar a pocos metros en el final de puerto. Todos los que salimos a caminar, correr o pasear con nuestras familias por el puerto podemos ver y sentir el desastre.
Alejo Altamirano