Luego de varios meses de no poder pisar plazas de la ciudad para que nuestros niños jueguen, desde hace un tiempo largo ya se volvió a permitir esta actividad. Lo curioso es que algunos sectores presentan un avanzado estado de abandono, como por ejemplo en un lugar tan céntrico como es la plaza Urquiza. Allí, los juegos están rotos en algunos lugares y esto genera un potencial riesgo, ya que no son juegos de plástico, son de un metal muy antiguo. Es tan evidente el abandono, que el “cajón de arena” casi que se convirtió en un espacio de verde césped.
Gabriela González