Es impresionante la cantidad de deposiciones de animales en la vía pública y en particular en las plazas de la ciudad. Si ben algunos paseadores de sus mascotas salen con la bolsita para recolectar lo que hacen sus perros, la gran mayoría no tiene esta costumbre. A los dueños de animales que no les gusta levantar las deposiciones, se les suman los perros callejeros que también hacen sus necesidades en la calle, principalmente plazas. De esta forma resulta imposible llevar a nuestros hijos, sobrinos o nietos a estos lugares, donde reina la suciedad.
Raul Romero