Si bien la mayoría de los parques y plazas de la ciudad presentan juegos infantiles modernos, en algunos espacios aún persisten aquellos colocados en la década de los años ochenta por ejemplo. Si bien aún están en condiciones de usarse, debido a que resistieron el paso del tiempo o que fueron mantenidos en algunos casos, también hay que decir que algunos son peligrosos y deberían ser reemplazados. Un ejemplo claro es la hamaca para bebés del parque Rivadavia, ya que la misma suele darse vuelta y se puede ver que los nenes se caen al piso.
Alejandra Maxit