Cómo pueden permitir que un supermercado, en este caso de origen oriental, decida por sí solo y entregue papelitos como cambio y los haga valer como moneda de curso legal. Es cierto que con la salida de circulación de los billetes de cinco pesos, las ansiadas monedas nunca llegaron, pero eso no es motivo para que cada vez que no tengan cambio te den un opapelito amarillo con un número 5 impreso. Siempre perdes el papelito y jamás lo gastas, por lo tanto el único que gana es el que tiene el local en una calle que supo ser mano doble.
Gonzalo Solís