Esta semana pasé por el Parque de la Loba y me dio mucha alegría de verlo tan cuidado y con trabajos permanentes de mantenimiento. Personal municipal cortando el pasto, otros empleados levantando la basura que la gente maldita deja tirada en el lugar y otros pintando algunos juegos que estaban despintados.
Con poco se puede levantar un lugar antiguo y legendario para la ciudad, esperemos que eso se traslade a algunas plazas alejadas del centro que evidencian cierto abandono. Pero por su parte, el parque La Loba está amigable con sus visitantes.
Ana Gutiérrez