Entre tantas habilitaciones, nos estamos olvidando del cine de la ciudad, una buena actividad para despejar la cabeza en pandemia. Son pocas las veces que la sala del cine San Martín se llena y se queda sin entradas, por lo tanto habilitarlo butaca de por medio y una desinfección con alcohol entre cada película no sería una locura para una ciudad sin transmisión comunitaria del virus. Sería un buen esparcimiento para niños y adultos, con la posibilidad real de controlar la cantidad de público asistente. Además de recuperar puestos de trabajo.
Albertina Rosende