La plaza Rivadavia continúa con sus hamacas rotas desde antes de la pandemia, ya sea por un mal uso de los niños o por jóvenes entrados en edad que suelen concurrir al lugar y sentarse en las hamacas que son para nuestros gurises. Estaría bueno ir previendo la posible vuelta de los niños a los diversos parques de la ciudad una vez que pase la ola polar que beneficia la propagación del virus. No esperemos a último momento, ya que cuando se pueda ir vamos a tener que decirle no a nuestros hijos, por el abandono y no por el covid-19 como les decimos ahora.
Ariel Flores