Como me pasa en casi todos los días de lluvia que debo salir a hacer algún trámite en el centro, baldosas de linderas a obras de construcción que están en el centro de la ciudad, están muy flojas y suelen ser una trampa acuática para quienes caminamos confiados en que el suelo no se debe mover. Esta es una crítica para los responsables de esas construcciones, que bien podrían tirar una madera al piso para impedir que lo roto por ellos afecte a quienes caminamos.
Ana Castro