Las siestas en la ciudad vienen siendo una de esas maravillas poco vistas en los últimos años, ya que las plazas se inundan de pequeños acompañados de padres, abuelos, tíos o niñeras que aprovechan las horas más cálidas del día para que los gurises puedan realizar algún tipo de actividad. Si bien no utilizan los juegos infantiles por posible contagio de covid-19 mediante el simple contacto, el resto de las plazas están inundadas de chicos corriendo. Esto se puede ver claramente y a diario en plaza Ramírez, Constitución y muchas otras.
Mirtha Escalante