Es realmente preocupante vivir en una ciudad donde se empieza a naturalizar la violencia mediante el uso de arma de fuego. Una vez más debemos ver como una familia de la ciudad debe enterrar a uno de los suyos producto de la violencia que nos reina por estos días. Es indispensable empezar a trabajar en el flagelo de la violencia, no se pueden dirimir diferencias a los tiros. Sin tener ningún tipo de información sobre las internas que llevaron a semejante desenlace, es inconcebible que ocurran este tipo de situaciones y no exista una solución a la violencia.
Gabriel Gómez