El sindicalismo combativo y el movimiento piquetero reclamaron un plan de lucha para darle continuidad al paro

En el marco del paro activo nacional, convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT), la concentración colmó las principales calles y plazas de EntreRíos. Como por ejemplo, la plaza Mansilla en Paraná; la plaza Ramírez, en Concepción del Uruguay; la plaza Urquiza, en Concordia; y la San Martín, en La Paz, con epicentro en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), con una multitudinaria movilización. Miles de trabajadores en la provincia y el país se congregaron para enfrentar el decreto de necesidad y urgencia y la Ley Ómnibus, impulsada por el Ejecutivo, que constituyen “un ataque feroz a los derechos laborales conquistados durante 100 años, a los bolsillos de la población, que ya vienen siendo fuertemente golpeados por la estampida inflacionaria que parece no tener techo y a las libertades democráticas”.

La columna, independiente convocada por el sindicalismo combativo, la Unidad Piquetera, el Encuentro Memoria Verdad y Justicia y la izquierda, le exigieron a las centrales sindicales un plan de lucha que le dé continuidad a la acción del miércoles 24, sobre todo “teniendo en cuenta que la oposición cómplice le otorgó dictamen a la Ley Ómnibus para que sea tratada en el Congreso”.

En este marco, se compartió el documento que señala que “mientras los trabajadores estamos movilizados por decenas de miles en las calles y realizando un paro nacional, dentro del Congreso de la Nación se está cocinando en un pacto repodrido contra nuestros intereses como clase trabajadora. Muchos de los partidos que se hacen llamar de la oposición han decidido pactar con Milei la aprobación de su nefasta ley ómnibus, viabilizando la mayor parte de sus objetivos originales: las privatizaciones de empresas públicas con su correlato de despidos; delegación de facultades al Poder Ejecutivo; los mayores ataques a los jubilados y la liquidación del Fondo de Garantía de la Anses; el ajuste a la educación, a la salud y a la cultura; el reforzamiento represivo con prisión efectiva para los trabajadores que luchan”. “El Congreso –continúa el escrito- también ha dejado correr el DNU nefasto de Milei que impone en los hechos una reforma laboral ultra negrera y elimina en la práctica el derecho a huelga que está consagrado en la Constitución nacional. Así festeja la clase capitalista, que fue a presionar al parlamento para que no se toque e DNU. Mientras tanto sigue vigente también el protocolo represivo, dictado por Patricia Bullrich, que enfrentamos con una gran movilización el pasado 20 de diciembre”.

“Este paro de 12 horas debe ser el comienzo de un verdadero plan de lucha que tiene que ser seguido de inmediato por un nuevo paro de 36 horas con movilizaciones en todo el país el día que se trate el proyecto de ley Ómnibus. Sería un paso fundamental para preparar una huelga general que derrote a la camarilla reaccionaria de Milei y sus amigos macristas y menemistas. Si el Gobierno apurase el tratamiento para este jueves 25 de enero, la CGT debe extender el paro a 36 horas para presionar para el rechazo del proyecto. Necesitamos también un programa claro: salario mínimo de $500.000; paritarias para recuperar lo perdido por la inflación e indexación mensual según el costo de vida; aumento inmediato de las jubilaciones y los DNU planes sociales; abajo la reforma laboral contemplada en el DNU; l la defensa irrestricta del derecho a huelga; la anulación del protocolo represivo; fuera la ley Ómnibus; la reincorporación de todos los despedidos en la administración pública; no a las privatizaciones; fuera el FMI, no al pago de la deuda externa. Para impulsar estos planteos es necesario que nos organicemos en los lugares de trabajo, mediante asambleas, plenarios y reuniones. Lo que está en juego es demasiado importante como para que dejemos el futuro de nuestras familias en manos de dirigentes que ya demostraron en el pasado que no están a la altura de las circunstancias”, se expuso en el documento.