Con el agua apenas por debajo de los 6,30 metros, se activaron protocolos preventivos en barrios vulnerables. La Secretaría de Desarrollo Social realiza visitas domiciliarias, mientras algunas familias optan por autoevacuarse para resguardar a los más chicos.
Por: Matías Dalmazzo
Al momento de redactar esta nota, el río Uruguay registraba este sábado una altura de 6,12 metros frente al puerto de Concepción del Uruguay; muy cerca del nivel de evacuación establecido por la Municipalidad en 6,30 metros. Esta medida se basa en registros históricos que indican riesgo de inundación en las zonas bajas de la ciudad, especialmente en sectores cercanos al arroyo El Curro y áreas de rebombeo.
Durante toda la semana, el río mantuvo un nivel alto y relativamente estable, lo que motivó al Municipio a activar los protocolos de prevención; con tareas coordinadas desde la Secretaría de Desarrollo Social. Estas acciones incluyen recorridos domiciliarios, asistencia médica, provisión de medicamentos, alimentos, frazadas y diálogo directo con las familias que habitan en zonas vulnerables.
Las defensas Sur y Norte, construidas durante las últimas dos décadas, han reducido de manera considerable la cantidad de evacuaciones masivas. Antes de su existencia, cada crecida significativa demandaba la evacuación de entre 200 y 300 personas, generando una logística de gran escala. Hoy, con estas obras activas, la asistencia se focaliza en casos puntuales donde, pese a la contención, la ubicación o vulnerabilidad social de las viviendas aún requiere intervención estatal.
Una de las zonas monitoreadas es el área de rebombeo municipal, donde el 30 de junio se inició un operativo que continuó hasta el 5 de julio, en conjunto con la Secretaría de Salud. Allí se visitaron siete familias, todas ellas con niños menores a cargo. Si bien seis de ellas permanecían en sus hogares por no haberse superado aún el nivel crítico, una familia decidió trasladarse de forma preventiva a casa de familiares.
En este grupo se encuentra una familia, con cuatro hijos menores, entre ellos una beba de 8 meses. Si bien todos los integrantes estaban en buen estado de salud y con esquemas de vacunación completos, optaron por autoevacuarse a la vivienda de una familiar ubicada en calle Belgrano 1555. Casos similares se dieron con otras nueve familias, todas con varios menores a cargo, con buena salud y controles regulares en ellCAPS Bajada Grande o el Hospital Urquiza. En algunos casos, como el de un joven de 18 años con insuficiencia renal y epilepsia, la atención médica continúa activa por su condición crónica.
En paralelo, el día 30 de junio también se realizaron visitas al barrio Ex Basural, donde se identificó a una sola familia en situación de riesgo inminente: la familia convive con sus hijos y un nieto de apenas 4 meses. Ante la situación, se trasladaron momentáneamente al SUM del barrio, garantizando un entorno más seguro para los niños.
El operativo continuó el 1 de julio con una segunda recorrida a las mismas familias. En esta ocasión, se entregó medicación a tres hogares que la requerían: recibieron ibuprofeno en suspensión y comprimidos.
Cabe destacar que, ante una eventual evacuación general, el Municipio cuenta con espacios preparados para alojar temporalmente a los damnificados, como el Albergue Municipal y las instalaciones del Ejército, con quienes se mantiene un acuerdo de colaboración.
A pesar del esfuerzo de las autoridades, muchas familias deciden permanecer en sus hogares mientras el nivel del agua lo permita. Este arraigo está motivado por el cuidado de pertenencias, vínculos barriales y cierta confianza que generan las defensas estructurales. Sin embargo, el Municipio insiste en mantener la vigilancia activa y propone alternativas de resguardo a quienes estén en situación de mayor riesgo, como fue el caso del traslado preventivo de la familia con un lactante en Villa Itapé el pasado 30 de junio.
La situación continúa en estado de alerta. Aunque no se ha llegado al nivel de evacuación obligatorio, los antecedentes del mes de mayo de 2024 —cuando se asistió a decenas de familias, principalmente de Villa Itapé y Ex Basural— mantienen encendida la atención municipal. Desde el gobierno local insisten en que la prevención, el diálogo directo y el monitoreo constante son las claves para reducir los efectos negativos de una posible crecida del Uruguay.