El río Paraná volvió a bajar su altura en varios puertos de Entre Ríos en los últimos 15 días luego de un repunte entre octubre y noviembre pasado, y si bien se mantiene por encima de los niveles registrados en 2020 y 2021, el Instituto Nacional del Agua indicó que el curso fluvial continuará descendiendo su caudal lo que resta del año y enero 2023.
La bajante, calificada como el estiaje «más largo de la historia» (desde 1884, cuando comenzó a medirse) y de características extraordinarias por su «magnitud y persistencia», seguirá siendo motivo de especial monitoreo, advirtió el INA. Además, la perspectiva hacia el 31 de enero del 2023 anticipa lluvias «levemente deficitarias o normales» y no permite establecer el final de las aguas bajas ni un retorno a la normalidad.
La bajante histórica tuvo su inicio en marzo del 2020, un año más tarde recuperó una tendencia alcista sin alcanzar su normalidad, pero volvió a caer a fines del 2021, y provocó notorios cambios en la vida ambiental, económica, productiva y social entrerriana.
El río Paraná dejó de repuntar su crecimiento
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