El querido Héctor Apeseche falleció a los 91 años

Toda una ciudad lamenta su partida. La comunidad y la cultura uruguayense recibieron ayer una triste noticia: el fallecimiento de Héctor Apeseche, a los 91 años, uno de los grandes cantores de tango y referentes de la música ciudadana de la Histórica.

El Ape, como lo conocían en las milongas entrerrianas, fue durante décadas una gran figura del género, donde cosechó muchos amigos y dejó hermosos recuerdos. Comenzó a cantar a los 16 años con un cuarteto típico y debutó en los escenarios en el del quincho González Merlo, situado en la antigua ruta 14. Fue integrante de una gran familia de artistas de Concepción del Uruguay y en febrero último recibió un duro golpe ante el deceso de su hijo mayo: el querido y recordado ‘Chaca’, también músico. Recientemente, la Municipalidad de Concepción del Uruguay le rindió un merecido homenaje en vida con un programa especial en el marco de Memoria Común Uruguayense (MCU).
Su historia formó parte del segundo envío del ciclo televisivo, emitido por el canal Somos Concepción y las redes oficiales de la Comuna, dedicado a visibilizar historias y trayectorias de vida de personas que cumplen distintos roles en la sociedad. En una entrevista con recuerdos de ‘Días y noches de tango’, el ‘Negro’ Apeseche contó que comenzó a cantar a los 16 años con un cuarteto típico, debutando en el quincho González Merlo, en la antigua ruta 14. “Canté dos temas y me pagaron cinco pesos”, expresó, al tiempo que compartió la numerosa y variada colección de discos tangueros, que reprodujo en un viejo tocadiscos.
Además de dar a conocer recuerdos y anécdotas, durante la grabación del programa cantó acompañado de Antonio del Río en la guitarra. A todo esto, el profesor Orlando Busiello lo homenajeó con este poema titulado: ‘Al cantor de mi ciudad’: “Cantor de mi ciudad, farol de Luna,/ larga tertulia, lisonjera gala/ acongojado un bandoneón suspira/en el remanso que traen las guitarras/ Cantor de mi ciudad, tu voz trasunta, el peregrino deambular del alma./ Y en la hondura infinita de tus versos/ se dibujan también algunas lágrimas/¿Cuál es el tango que hace girar tu noche?/ ¿Cuál el verso que apura la nostalgia?/ ¿Qué melodías se astillan en el pecho/y pone gotas de rocío en tu garganta?/Ay, amanecido vino es tu bohemia/rico en amores, música y palabras/ amalgama de sueños e ilusiones/ que quedaron perdidos en la escarcha/ Postal de mi ciudad uruguayense,/ donde iniciaste el vuelo de jilguero,/ acariciaste el río de cristal de costa a costa,/ codeándote con los popes del porteñaje más tanguero./ Estampa de varón que peina canas/ al cobijo de noches estrelladas/ mientras las notas de un violín quejoso/ pone silencios a tus madrugadas./ Es Héctor, el Ape, es Apeseche/ el cantor de la ciudad que quiero/ que en los latidos de un corazón ardiente/ puso en la cadencia del fraseo/ la pausa justa y el perfume/para la fuerza gestual de un tango reo./