El Nuncio Apostólico presidió misa en la Basílica

El representante del Papa presidió la Eucaristía en la Basílica.

En el marco de su visita a la Diócesis de Gualeguaychú, el nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk estuvo ayer en nuestra ciudad junto al obispo, monseñor Héctor Luis Zordán. En este marco, el representante del papa Francisco en la Argentina, presidió en la Basílica Inmaculada Concepción la celebración de Eucaristía, acompañado por los sacerdotes de la comunidad diocesana.
“Como dije al terminar la misa, es un regalo haber tenido en estos días la visita del Nuncio, quien nos trajo el mensaje del papa Francisco, su saludo, bendición y cercanía”, afirmó el titular del Obispado para acotar que “le pedimos que le lleve nuestro saludo y que le diga que lo tenemos en nuestro corazón y que rezamos por él. Es, precisamente, el Nuncio, el representante personal del Papa en nuestra patria, por lo que su visita representa una alegría para toda la Diócesis y, como bien dijo en la homilía, quisimos que él estuviera también en la histórica Basílica de Concepción del Uruguay”.

Monseñor Miroslaw Adamczyk trajo el mensaje de Francisco. Al concluir la misa, saludó a los fieles.

El tercer santo argentino
Monseñor Zordán también se refirió a otro significativo acontecimiento vivido por la comunidad católica de la Argentina como fue la canonización del Artémides Zatti, conocido como el enfermero de los humildes, durante una ceremonia encabezada por el papa Francisco en Roma. “Este novel santo, un salesiano que ha vivido en la Patagonia las virtudes cristianas de una manera extraordinaria por eso el Papa lo declaró santo”. El enfermero ítalo-argentino Artémides Zatti, conocido por su labor en la Patagonia al servicio de las personas necesitadas durante inicios del siglo XX, que enfocó su labor en «las casas humildes de las periferias», fue proclamado santo. Así lo hizo el papa Francisco durante una ceremonia oficiada en la Plaza San Pedro luego de que el Vaticano confirmara un milagro atribuido a su intercesión. Nacido en Boretto (Regio Emilia, Italia) el 12 de octubre de 1880, Zatti vivió en Argentina desde 1897 hasta su muerte en 1951, en donde desarrolló una carrera como enfermero que lo acercó a los más necesitados a partir de su incorporación al movimiento de los salesianos de Don Bosco.
Su pasión por el trabajo en la Patagonia lo llevó incluso a obtener la ciudadanía argentina en 1914.